PARÍS.- Francia y Reino Unido, aliados de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico, reaccionaron enérgicamente a la decisión de Donald Trump de retirar las tropas estadounidenses estacionadas en Siria, insistiendo que la organización yihadista está lejos de ser derrotada y que el combate "continúa".
"La coalición internacional contra Dáesh (acrónimo en árabe del EI) ha hecho enormes progresos (...) Pero queda mucho por hacer y no tenemos que perder de vista la amenaza que supone", indicó la diplomacia británica en un comunicado.
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Dáesh no ha desaparecido del mapa, ni tampoco sus raíces, hay que vencer militarmente de manera definitiva los últimos reductos de esta organización terrorista", dijo por su parte la ministra francesa del Ejército, Florence Parly.
Francia y Reino Unido declararon que seguirán comprometidos en la coalición contra el EI bajo dirección estadounidense, en particular en su campaña de bombardeos aéreos.
"Por el momento, naturalmente, seguimos en Siria", dijo la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau.
Por su parte Alemania aseguró que la retirada podría perjudicar la lucha contra el EI. "El EI retrocede pero la amenaza no ha terminado", dijo el ministro de Relaciones Exteriores Heiko Maas.
Una retirada de Estados Unidos -el calendario del cual todavía no se conoce- dejaría el campo libre a las fuerzas que tienen el apoyo de Rusia e Irán, por una parte, y de Turquía, por otro.
Junto a Rusia, Irán es un aliado del régimen de Damasco mientras Turquía apoya a una parte de los rebeldes que luchan contra el presidente sirio Bashar al-Assad.
Trump ya había anunciado durante su campaña electoral que considera la presencia de Estados Unidos en Oriente Medio como un gasto enorme y pide a otros países, en particular los del Golfo, que asuman su papel.
Sin embargo ,varios miembros de su administración son favorables a mantener una presencia. "Los generales del Presidente no tienen la menor idea de donde vino esa decisión", dijo el senador conservador Ben Sasse en un comunicado.
La semana pasada el emisario de Estados Unidos para la coalición internacional contra los yihadistas, Brett McGurk, aseguraba todavía que los estadounidenses se quedarían un tiempo en Siria.
En varias ocasiones el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, advirtió del riesgo de una salida precipitada de Siria que podría "dejar un vacío que puede ser aprovechado por el régimen de Assad o sus apoyos".