SANTIAGO.- Tras asumir la presidencia de Brasil, el Mandatario Jair Bolsonaro se trasladó junto a su familia a su nueva residencia en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia.
Según consigna La Nación de Argentina, cada presidente brasileño que llega a vivir al inmueble, le da su toque personal a la decoración del área privada y el líder ultraderechista no ha sido la excepción.
Así, horas después de instalarse en el edificio, varios empleados debieron sacar las sillas rojas del palacio para ser reemplazadas por otras similares, pero de color azul.
El mismo medio indicó que se trataría de otro símbolo de la nueva era que marcará al país, que comenzó con la presidencia del ex militar.
El Palacio
Hace más de dos años que la residencia de 7 mil metros cuadrados, construida en 1958, estaba sin ocupante. Luego del impeachment a la ex Presidenta Dilma Rousseff en 2016, su sucesor Michel Temer pidió realizar algunas modificaciones al edificio, aunque finalmente solo habitó el Palacio de la Alvorada durante 20 días y luego se trasladó al Palacio de Jaburu, la residencia oficial del vicepresidente.
Desde entonces, el inmueble quedó vacío y solamente se usó para eventos especiales, mientras que se aprovechó de hacer trabajos de restauración para devolverle su aspecto interior original.
En el histórico edificio se han hospedado, entre otros, Barack Obama, George Bush, Angela Merkel, Fidel Castro, la reina Isabel II y Cristina Kirchner.
Está dividido en tres partes: el subsuelo (área administrativa, donde está la cocina, la lavandería, un auditorio y una sala de juegos), la planta principal (salones de recepciones y reuniones, comedor, biblioteca) y el primer piso, donde están las habitaciones de los residentes.
Según los empleados, el estilo de los nuevos ocupantes desentona con el ambiente del palacio, afirma La Nación. Esto, porque los Bolsonaro no han mostrado preocuparse tanto por aspectos decorativos o de presentación.
De hecho, durante su campaña, cuando el entonces candidato grababa videos en su casa de Barra de Tijuca, era posible ver manteles de plástico en el comedor y los cables del televisor colgado en la pared, señala el mismo medio.