SANTIAGO.- Este domingo se consumó un momento histórico dentro de la tradición religiosa ucraniana, luego de que la Iglesia cristiana ortodoxa de aquel país, se independizara de la autoridad de Moscú (Rusia), lo que ha sido catalogado como la mayor ruptura en el cristianismo desde que se separasen las iglesias de Oriente y Occidente en 1054.
Pero fue el sábado cuando este proceso tuvo sus cimientos, cuando el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, con sede en Estambul, firmó el "tomos", decreto que consigna la autocefalia. A fines del año pasado, el líder religioso ya había mostrado serias intenciones de seguir adelante con su decisión, a pesar de las amenazas del patriarca de Moscú, Kirill.
Sin embargo, el plan del cisma prosiguió, provocando el termino del vínculo jurídico de una carta sinodal, que databa desde 1686 y que indicaba que la iglesia ucraniana era dependiente de Rusia.
De esta forma, el nuevo jefe de la escindida iglesia de Ucrania y obispo metropolitano de Kiev, Epifanio, realizó hoy la misa de Navidad en la catedral de Santa Sofía.
Para conmemorar este histórico momento, asistió a la ceremonia el Presidente ucraniano, Petró Poroshenko, junto a su esposa e hijos, miembros de su gabinete y numerosos políticos del extenso país de Europa Oriental, entre ellos el encargado del Parlamento, Andrei Parubiy y el ex Presidente, Viktor Yushchenko.
Las implicancias que genera este cisma
El suceso en cuestión se consuma luego de variadas rencillas entre Rusia y Ucrania. Entre ellas, las diversas acciones militares realizadas por Moscú en 2014, que terminó con la anexión de la península de Crimea, aumentando la división.
Este cisma ha generado grandes repercusiones políticas, ya que es tomado por el Kremlin como un desafío al poder. El Presidente de la nación, Vladimir Putin, mantiene una estrecha relación con la Iglesia Ortodoxa, la que considera crucial para fomentar los valores conservadores de Rusia y su propia imagen.
En ese contexto, el Mandatario ruso dijo que defenderá a todos los fieles ortodoxos de Ucrania, convocando a un Consejo de Seguridad nacional, lo que ha sido tomado para muchos como una amenaza.
Por su parte, el vocero del Kremlin, Vladimir Legoida, aseveró que este "tomo" es una violación a las reglas establecidas, por lo que carecería de valor y no sería más que "un trozo de papel".
Desde el lado religioso, según consignaron medios rusos, Kirill habría reaccionado suspendiendo la "comunidad eucarística" con Constantinopla.
La autocefalia de la iglesia ucraniana implica una disputa entre los cristianos, teniendo en cuenta que dentro de aquel país convergen grupos ligados a la línea rusa y los que están a favor de la escisión. Por esto mismo, Putin aseguró que defenderá a todos los fieles ortodoxos que se radiquen en el país fronterizo, como también lo manifestaron dentro de la iglesia rusa quienes rechazaron reconocer el concilio y su posterior "tomos".