SANTIAGO.- Multimillonario de 65 años y director ejecutivo de Starbucks por más de una década, Howard Schultz decidió dejar el café en el pasado y dedicarse de lleno a la política. Partió aspirando alto: "Amo nuestro país y estoy pensando seriamente en postularme a la presidencia", aseveró este domingo.
Con dicha oración, que pronunció tanto en redes sociales como en entrevistas con The New York Times y el programa de CBS "60 Minutes", el magnate hizo concreto un rumor que daba vueltas en el círculo político desde junio pasado, cuando decidió renunciar al liderazgo de la multinacional. El hoy filántropo tiene todas las intenciones de competir "como un centrista independiente por fuera del sistema bipartidista" para los comicios que se realizarán en 2020 en EE.UU., donde su fin principal será derrotar al actual Presidente Donald Trump.
Una aspiración que ya inquieta tanto a demócratas como republicanos y que es especialmente difícil, considerando lo esencialmente bipartidista del sistema electoral estadounidense.
Renunciando a ser demócrata
Criado en un barrio de clase trabajadora del distrito de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York, se convirtió en la primera persona de su familia en graduarse de la universidad. Su fortuna, que asciende a US$3.400 millones netos en 2019, la amasó en el estado de Washington, hasta donde llegó en la década de los ochenta y convirtió a Starbucks en un gigante global. Apegado a lo que llamó un estilo empresarial más progresista, en su primer periodo al frente de la firma (entre 1986 y 2000) logró que la compañía, que hasta entonces controlaba apenas siete cafeterías en Seattle, se convirtiera en una multinacional con más de 24.000 locales en 70 países.
Su perfil de hombre de negocios cambió cuando abandonó la presidencia de la compañía, que ostentaba desde 2017. Según dijo en aquella ocasión, pretendía dedicarse a la filantropía y al servicio público, lo que de inmediato se interpretó como el inicio de una carrera política.
Especialmente crítico con Trump y autodefinido como "un demócrata de toda la vida",
Schultz fue donante del partido azul por mucho tiempo, contribuyendo a las campañas del ex Presidente Barack Obama, de Hillary Clinton, del senador de Nueva York, Chuck Schumer, y de los senadores de Washington Patty Murray y Maria Cantwell, entre otros. El lunes afirmó que el fallecido senador
John McCain fue el único republicano al que le había donado dinero.
Pero con su nuevo anuncio pretende desligarse de este vínculo e ir por una tercera vía, argumentando que el país vive "tiempos frágiles". "No solo está el hecho de que este Presidente (Trump) no está cualificado para ser presidente, sino el hecho de que los dos partidos nunca hacen lo que es necesario para el pueblo estadounidense y están enzarzados, cada día, en políticas basadas en la venganza", afirmó en su entrevista con CBS.
Añadió que competir como demócrata le significaría decir cosas en las que no cree, "porque el partido ha girado demasiado hacia la izquierda". "Cuando oigo a la gente hablar de universidad gratis, pagada por el Gobierno, sanidad gratis pagada por el Gobierno y un trabajo gratis en el Gobierno para todo el mundo, sumado a una deuda de 21 billones de dólares, la cuestión es ¿cómo pagamos por todo eso sin llevar al país a la bancarrota?", preguntó. "Es una promesa tan falsa como la del muro", agregó el ex ejecutivo.
Preocupación entre los partidos
La figura de Schultz como candidato preocupa a los dos principales bandos del espectro partidista del país norteamericano, pues ambos la ven como un eventual obstáculo para sus propias estrategias. Por un lado, numerosos dirigentes demócratas lo criticaron y le rogaron no presentarse como independiente, dado que consideran que eso dividiría el voto de los progresistas, lo que terminaría ayudando a Trump a lograr otros cuatro años más de liderazgo.
Tina Podlodowski, presidenta demócrata en el estado de Washington, donde Schultz ha vivido durante décadas, lo desalentó. "Un multimillonario que compra su salida de todo el proceso primario no fortalece la democracia", dijo. "Solo hace que sea más probable que nuestra democracia se vea afectada por otros cuatro años del Presidente Donald Trump".
"Dada la fuerte atracción del partidismo y las realidades del sistema de colegios electorales, no hay forma de que un independiente pueda ganar. Eso es más cierto hoy que nunca
Michael Bloogmberg, empresario y ex alcalde de Nueva York
Los cuestionamientos progresistas se basan en que los
candidatos independientes en EE.UU. no suelen tener probabilidades reales de triunfo - el último Presidente independiente fue George Washington -
y contribuyen a desviar votos. Un antecedente es el del multimillonario conservador
Ross Perot, que se presentó sin partido en 1992 y recabó casi el 19% de los votos. Se cree que ayudó a ganar al demócrata Bill Clinton por sobre George H.W. Bush. Otro es el del defensor de los consumidores,
Ralph Nader, a quien los demócratas culpan de restarle votos a Al Gore en las elecciones de 2000, que ganó el republicano George W. Bush.
El empresario Michael Bloomberg, quien estudió la posibilidad de una carrera independiente en el pasado, le ofreció a Schultz su propia experiencia. "Los datos fueron muy claros y consistentes. Dada la fuerte atracción del partidismo y las realidades del sistema de colegios electorales, no hay forma de que un independiente pueda ganar. Eso es más cierto hoy que nunca", dijo el también ex alcalde de Nueva York, quien evalúa una oferta del Partido Demócrata para los comicios de 2020. "Es muy probable que un independiente solo divida el voto en contra de Trump y termine reeligiendo al Presidente. Ese es un riesgo por el que me negué a postular en 2016, y no podemos darnos el lujo ahora", añadió.
Pero Schultz no está tan seguro de ello. "Estoy preparado para que los cínicos y críticos vengan y digan que esto no puede hacerse. No estoy de acuerdo con ellos. Creo que es antiestadounidense decir que no puede hacerse", dijo al New York Times.
Pese a que reconoció en entrevista con la agencia AP que podría estar "amenazando" a algunos demócratas, dijo que su "corazón está en el lugar correcto" y que los votos que buscaría, en caso de postularse, sería el de aquellos frustrados, demócratas y republicanos. "Quién podría decir que los republicanos de toda la vida, que tienen la opción entre Donald Trump y un demócrata liberal progresista de extrema izquierda, si tuvieran una mejor opción, ¿dónde irán?", preguntó. "Mis puntos de vista están directamente en el medio", dijo.
"Estoy preparado para que los cínicos y críticos vengan y digan que esto no puede hacerse. No estoy de acuerdo con ellos"
Howard Schultz, ex CEO de Starbucks
Los republicanos, en parte, también lo ven así. La mirada centrista del ex ejecutivo
podría captar a muchos votantes conservadores defraudados con la llegada de Trump al poder, un grupo no menor reflejado en la baja popularidad del actual Mandatario en los sondeos. Pero a ello se suma que la imagen de Schultz continúa siendo la de un
empresario exitoso y multimillonario, outsider de la política,
que podría tener un atractivo similar al de Trump, ex magnate inmobiliario y también sin experiencia política.
Actualmente, Schultz está siendo asesorado por un equipo con experiencia en ambos partidos, en el que está incluido Steve Schmidt, colaborador en la campaña presidencial de 2008 de McCain, y el ex asesor de Obama, Bill Burton. Aunque todo hace prever que su candidatura va en serio, el ex ejecutivo de Starbucks dijo que tomará su decisión después de pasar los próximos meses viajando por el país promoviendo su nuevo libro y para probar si hay interés en un candidato presidencial independiente.