SANTIAGO.-
Seis días de protestas se cumplieron este miércoles en Haití en medio de las manifestaciones en contra del Gobierno de
Jovenel Moise, en la que se exige su salida por no hacer frente a los casos de corrupción y a la creciente crisis económica en la que están sumidos.
Los haitianos se quejan de la precaria situación de vida que azota a la mayoría de su población - el 68% vive bajo la línea de la pobreza, en la nación más pobre de América con el menor PIB de la región- lo que suma también a todos los daños que se producen en uno de los países más afectado por la actividad sísmica.
Por el momento, se han registrado a siete personas fallecidas por las protestas que al parecer continuarán hasta que la oposición no vea una reacción política, teniendo en cuenta que la Comunidad Internacional ya ha instado a que se dialogue entre ambas partes.
Las razones de las protestas
La situación del país isleño no es nueva y no son pocos los que han resaltado la crisis humanitaria instalada hace varios años, caracterizada por falta de alimentos, medicamentos y otros insumos básicos para la vida - según la ONU, el año pasado sólo se habían recibido US$1,5 millones de los 22 que necesitaban para hacer frente a los desastres naturales.
Sin embargo, las tensiones acrecentaron, luego de que Moise decidiera acceder a la polémica medida de declarar una "urgencia económica", lo que implica: reducir los costos de los bienes de primera necesidad, la cancelación de las excepciones fiscales y aduaneras durante 2019 e incrementar el acceso al crédito de las pequeñas empresas para fortalecer los proyectos sociales.
A eso se suma que el gourde -la moneda local- se encuentra devaluada, la existencia de una crisis eléctrica y el rechazo en la Cámara de Diputados del presupuesto de este año de 1.650 millones de dólares.
La crisis sociopolítica y económica se acrecienta además por las investigaciones de corrupción que sopesan sobre 15 ex ministros y por la que la población exige sanciones, teniendo en cuenta que fue una de las promesas, al momento de asumir, de Moise el 7 de febrero de 2017.
"Bajo todas sus formas, la corrupción gangrena y atrofia la economía. Ha fragilizado las bases políticas y desestabilizado el tejido social del país; es un crimen contra el desarrollo"
Jovenel Moise, Presidente de Haití
"Bajo todas sus formas, la corrupción gangrena y atrofia la economía. Ha fragilizado las bases políticas y desestabilizado el tejido social del país: es un crimen contra el desarrollo", dijo ante la ONU en septiembre de 2017.
Esta indagación busca hacer justicia por las supuestas irregularidades en el programa Petrocaribe - mediante el cual Venezuela le entrega petróleo a Haití -, donde los políticos estarían implicados en una estafa a gran escala entre 2008 y 2016.
País paralizado
Desde el 7 de febrero Haití se encuentra paralizado con el comienzo de las protestas que han puesto su foco en la capital, Puerto Príncipe.
Desde el inicio de las manifestaciones, las calles se encuentran bloqueadas y se registra el cierre de escuelas, negocios, bancos y estaciones gasolineras, lo que ha propiciado algunos saqueos.
La inseguridad es la palabra en boca de todos y que se usa para caracterizar la crisis.
A un día de que se cumpla una semana se han registrado a personas pasando por las calles armadas, que aprovechan la insurrección para irrumpir en residencias y robar, mientras que se escuchan disparos por presuntos enfrentamientos en los alrededores de la capital.
La Comunidad Internacional -por el Core Group- ha instado al diálogo para que se llegue a una solución pacífica, aunque la oposición busca seguir con las concentraciones, con un Presidente silente ante la incertidumbre que se acrecienta.