SANTIAGO.- "Nunca la noche está más oscura que justo antes de amanecer y ya está amaneciendo la libertad, la democracia y el progreso en Venezuela. Por eso estamos en Cúcuta, para decir fuerte y claro que la democracia es la única solución y que Maduro es parte del problema".
Así anunciaba el Presidente Sebastián Piñera este viernes que había arribado a la ciudad colombiana que fue centro de acopio de las toneladas de víveres, comida y medicinas que la comunidad internacional quería internar en Venezuela, a pesar de la absoluta negativa del Presidente Nicolás Maduro.
Toda la atención estaba puesta en la jornada del 23 de febrero, la fecha límite que el presidente encargado y líder de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se había impuesto para concretar la entrega de la ayuda. En compañía de Piñera y de los mandatarios de Colombia, Iván Duque, y Paraguay, Mario Abdo Benítez, Guidó intentó cumplir.
A pesar de que algunos camiones lograron atravesar la frontera, rápidamente fueron incinerados. Guaidó aseguró que quemar ayuda humanitaria constituía un crimen de lesa humanidad y Piñera que "nada puede ser más miserable que la actitud de la dictadura venezolana de impedir, parcialmente y por la fuerza, el ingreso de la ayuda humanitaria que tanto necesita su propio pueblo".
Aunque Guaidó aún no regresa a Venezuela ni se han esclarecido las condiciones en la que podría hacerlo, Piñera llegó a suelo nacional al final del mismo sábado, y se encontró en Chile con el respaldo del oficialismo y con una fuerte ofensiva de la oposición, quienes calificaron su participación en la operación como un "fracaso estruendoso" y un "show mediático".
Después del 23F, las piezas del tablero de ajedrez quedaron en una nueva posición. Ahora el Grupo de Lima deberá resolver, en su reunión de este lunes a la que asistirá Guaidó en Bogotá, cómo seguir enfrentando la complicada situación que atraviesa Venezuela.
Venezuela en el debate nacional
"Lo que queda en evidencia después del sábado es que Maduro no va a renunciar, que no está dispuesto a recibir ningún tipo de ayuda y que no va a llamar a elecciones", explica a Emol el académico de la U. de Valparaíso, Guillermo Holzmann. "El diálogo para ellos es básicamente inviable, salvo que haya un acuerdo internacional de tal magnitud que hasta Rusia y China estén de acuerdo en que Maduro salga del poder".
"El hecho de que Venezuela no esté alineado con los parámetros de la globalización afecta los intereses de Chile a largo plazo. Eso es lo primero, es lo que nunca se dice, pero es la razón estratégica del interés de Chile"
Guillermo Holzmann
Desde la perspectiva del objetivo de internar la ayuda humanitaria, Holzmann asegura que la jornada fue un fracaso, pero advierte que no es la única interpretación posible y que el hecho golpeará la política regional de Latinoamérica, además de la doméstica chilena.
"Piñera va a quedar a merced de la crítica de la oposición, porque sin lugar a dudas van a instalar la idea de que todo lo que hizo Piñera finalmente no resultó, que fue una decisión equivocada", señala el analista.
"Eso va a significar que el tema de Venezuela se instala definitivamente en la agenda política nacional", asegura Holzmann. "Va a cubrir todos los intentos que el Gobierno quiera hacer de un inicio potente de año en marzo, de la agenda política que tenía preparada. Venezuela opaca todo eso dentro de la agenda política nacional".
Según su análisis, la administración de Piñera tendrá que confrontar ese costo "con un cuestionamiento concreto respecto a los valores que se estaban defendiendo en Venezuela, y eso va a dar para un debate largo, amplio y profundo", comenta.
Un escenario predecible
Lo que ocurrió este sábado, para el académico de la U. Central, Samuel Fernández, no fue distinto de lo que se esperaba. "No se pretendía que mediante el ingreso de una ayuda humanitaria que proviniera de distintos países, un régimen que lleva 20 años y que tiene todo bajo su control iba a caer de la noche a la mañana", dice a Emol.
"Tampoco se podía pretender que esta acción humanitaria dividiera por sí sola a un ejército que está bajo el control total del régimen de Maduro, por lo tanto no es más que un inicio, una etapa o un paso más", agrega. También dice que hoy, algo es más evidente: "Esto da una señal de que su preocupación no es su población, sino que está más preocupado del control y de mantenerse en el poder".
"No se pretendía que mediante el ingreso de una ayuda humanitaria que proviniera de distintos países, un régimen que lleva 20 años y que tiene todo bajo su control iba a caer de la noche a la mañana"
Samuel Fernández
Con respecto al rol de Piñera en la jornada, Fernández afirma que "es un corolario de una acción que viene desde hace tiempo y que se condice con los apoyos que Chile ha manifestado". "Ha ido bastante en concordancia con lo que fue y ha sido la política previa: lo pactado por el Grupo de Lima, la OEA, las decisiones que se han tomado, y el apoyo y reconocimiento a Guaidó", añade.
En tanto, Holzmann explica lo que, a su juicio, justifica el actuar de Piñera y el hecho de que se involucrara en esta acción más que sus pares en Argentina y Brasil, por ejemplo. "Venezuela le importa a Chile porque es un país relevante en las proyecciones de la Alianza del Pacífico, las negociaciones con Asia", comenta.
"Desde esa perspectiva, el hecho de que Venezuela no esté alineado con los parámetros de la globalización afecta los intereses de Chile a largo plazo. Eso es lo primero, es lo que nunca se dice, pero es la razón estratégica del interés de Chile", concluye.
