SANTIAGO.- La noche de este miércoles fue especialmente complicada para el Presidente de EE.UU., Donald Trump. Mientras se encontraba cenando con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, en un céntrico hotel de Hanoi, Vietnam, a más de 8.000 kilómetros de distancia su ex abogado personal, Michael Cohen, lo acusaba de estar implicado en actividades delictivas.
Condenado por una serie de ilícitos cometidos durante su trabajo con el Mandatario, el profesional aseguró ante la Cámara de Representantes que su antiguo jefe sabía de antemano de la polémica reunión en la Trump Tower de junio de 2016, en la que sus asesores de campaña – incluido su hijo, Donald Trump Jr.- negociaron con grupos de influencia rusos para que el portal Wikileaks filtrara correos electrónicos que perjudicarían a su entonces contendiente, la demócrata Hillary Clinton.
Doce horas después de las incendiarias declaraciones de Cohen, la
cumbre de Trump y Kim en Vietnam terminó abruptamente y de forma anticipada, sin ningún tipo de acuerdo. Según explicó el Presidente estadounidense poco después, la interrupción de su segundo encuentro con el norcoreano se produjo debido a una falta de acuerdo sobre el alcance de la desnuclearización y el alivio de las sanciones económicas que pesan sobre Pyongyang.
El Presidente afirmó, en ese momento, que el hecho de que la cumbre haya coincidido con la comparecencia de Cohen no tuvo un impacto particular en su cita en Vietnam, ni menos en su intempestivo retiro de las negociaciones. Sin embargo, medios estadounidenses han interpretado otra cosa.
Con la mente en Washington
La comparecencia de Cohen estuvo constantemente presente en Hanoi y fue tema incluso entre las preguntas que los periodistas que cubrían el evento le hicieron a Trump en el momento de la fotografía oficial con Kim.
Según consigna The Business Insider, era evidente que aunque físicamente se encontraba en ese lujoso hotel vietnamita, la mente del Mandatario estaba realmente en Washington, pendiente del duro testimonio de su ex abogado que lo tildó de "racista, estafador y tramposo". Un indignado mensaje en redes sociales publicado poco antes de que el profesional comenzara su declaración lo evidenciaría.
"Michael Cohen fue uno de los muchos abogados que me representaron (desafortunadamente). También tenía otros clientes. Fue expulsado por la Corte Suprema del estado por mentir y fraude.
Hizo cosas malas sin relación con Trump. Está mintiendo para reducir su tiempo en prisión", afirmó en su cuenta personal de Twitter, a solo dos horas de su primer saludo con Kim.
Pero su preocupación se hizo aún más patente este jueves, cuando se refirió en extenso al testimonio de Cohen, que según dijo, siguió lo que más pudo. Momentos antes de subirse al Aire Force One que lo llevaría de regreso a la capital estadounidense, Trump calificó el testimonio del abogado como una "audiencia falsa" y aprovechó la instancia para criticar al Congreso por programar la declaración el mismo día de la cumbre.
"Tener una audiencia falsa como esa y tenerla en medio de esta cumbre tan importante es algo realmente terrible", afirmó. "Podrían haberlo hecho dos días más tarde o la próxima semana, hubiera sido incluso mejor (…) Habrían tenido más tiempo ", agregó.
Trump lanzó sus dardos de forma implícita al Comité de Supervisión de la Cámara, encargado de programar la audiencia. El jefe de Estado anunció su encuentro con el norcoreano durante su discurso del Estado de la Unión, emitido el 5 de febrero pasado. En ese momento, la comparecencia de Cohen había sido retrasada y no tenía una fecha definida aún.
Fue recién el 20 de febrero que la Cámara confirmó que la declaración del profesional se llevaría a cabo este miércoles, mismo día en que el inquilino de la Casa Blanca viajaría a Hanoi. La cumbre, a esas alturas, ya era impostergable. "Tenerla (la audiencia) durante esta cumbre tan relevante es algo increíble", cuestionó Trump hoy.
Ahora, con mente y cuerpo en Washington, el Presidente estadounidense deberá encarar de lleno las acusaciones de su ex cercano asesor y defensor. Unas denuncias que lo vinculan con pagos ilícitos, pero también lo sumergen por completo entre los responsables de uno de los casos que más convulsiona a EE.UU.: la trama rusa.