JERUSALÉN.- Miles de judíos ultraortodoxos interrumpieron este viernes de manera violenta una oración feminista en el Muro de los Lamentos de Mujeres del Muro, un grupo de judías religiosas que lucha por la igualdad entre hombres y mujeres en el rezo ante este lugar, en el territorio ocupado de Jerusalén Este.
El rezo de hoy, que coincidía con el Día Internacional de la Mujer, era para conmemorar el 30° aniversario del colectivo, formado por mujeres judías reformistas, conservadoras y ortodoxas, que reclaman desde hace tres décadas que se permita la oración en el muro sin división por sexos.
Miles de chicas adolescentes ultraortodoxas llegaron al espacio sagrado para interrumpir el servicio religioso de la asociación feminista, informa el periódico local Haaretz, que detalla, seguían instrucciones de sus rabinos y procedían de institutos religiosos de secundaria de todo Israel.
La Policía israelí intervino ante el incidente, con varios hombres ultraortodoxos que intentaron romper la barrera policial, y dos integrantes de Mujeres del Muro resultaron heridas por agresiones.
Durante las oraciones, declaró un portavoz policial, la Policía "actuó para separar a los grupos enfrentados", y según Times of Israel, un joven ultraortodoxo fue arrestado tras intentar agredir a un agente policial.
Mujeres del Muro acusó a la Policía de "abandonarlas" mientras eran intimidadas, insultadas y empujadas por una multitud.
"Miles de personas ultraortodoxas rodearon el grupo de oración de las mujeres, las empujaron y golpearon", indicó la organización feminista en un comunicado, y "debido a la negligencia de la Policía, dos mujeres tuvieron que recibir tratamiento médico", con lo que el grupo se vio obligado "a completar el rezo en la sección pluralista" del muro.
Mujeres del Muro se opone al monopolio de la ultraortodoxia de ese espacio sagrado, y luchan para que también
se permita rezar y cantar a las mujeres ataviadas, pero la vertiente más ortodoxa solo lo permite a los hombres.
Ante estas condiciones, solo los hombres pueden rezar en voz alta y con el libro sagrado, mientras que las mujeres lo deben hacer en voz baja y sin la Torá, aunque este espacio fue un lugar de rezo mixto hasta antes de la toma israelí de la ciudad vieja de Jerusalén en la Guerra de los Seis Días de 1967.