SANTIAGO.- "Oda al despilfarro". Así describió el Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, a la sede de la Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ubicada en la ciudad Mitad del Mundo. Y lo hizo justo después de anunciar que su país suspendía su participación en el ente internacional y daba inicio a una retirada permanente.
"Hemos decidido suspender, a partir de hoy, la aplicación del Tratado Constitutivo Unasur para el Ecuador. Eso significa que dejaremos de participar en todas las actividades de esa organización, no consignaremos ni un aporte más al presupuesto", sentenció el miércoles en cadena de radio y televisión.
En ese mismo contexto, añadió que su colosal sede, que pretendía ser símbolo de la integración regional, del diálogo político y del impulso de las 12 naciones en la arena internacional, ya no estará más a disposición de la entidad. Y el primer paso una vez concretada su devolución al Estado ecuatoriano, será
sacar la estatua del ex Presidente argentino, Néstor Kirchner, aseveró.
"Metáfora de libertad"
Con una construcción que ocupa 19.500 metros cuadrados y un costo de 43,5 millones de dólares - que pagó el Estado ecuatoriano - el complejo arquitectónico de Unasur se encuentra a las afueras de Quito, en un punto geográfico del planeta considerado de latitud cero. Pretendía ser una "metáfora de libertad", dijo Diego Guayasamin, arquitecto responsable del proyecto, cuando presentó la edificación.
La construcción fue inaugurada en 2014 en un ostentoso acto que contó con la presencia de los presidentes de Argentina, Bolivia, Colombia, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela, y bajo el compromiso de convertir a Ecuador en la "capital de la unidad de América del Sur".
US$43,5 millones fue lo que le costó la sede de Unasur a Ecuador
"Esta nueva infraestructura es el sueño de héroes y heroínas de los países miembros de Unasur.
Vamos con ustedes, Suramérica, a la segunda y definitiva independencia", aseveró un orgulloso
Rafael Correa,
entonces Presidente de Ecuador, en su discurso inaugural.
Según consignó El Tiempo de Colombia, el evento se selló con la revelación de una estatua de bronce de 2,28 metros de altura y unos 600 kilos de peso con la efigie del argentino Néstor Kirchner, primer presidente del bloque.
El fin de la sede y la caída de Unasur
Sin embargo, ese futuro promisorio y las intenciones de integración se fueron diluyendo poco a poco, al menos en torno a Unasur. Con la llegada de gobiernos de derecha a varios de los países del continente y el agravamiento de la crisis venezolana, las divisiones internas comenzaron a hacerse notorias y a provocar el éxodo de naciones desde las filas del bloque.
En abril de 2018, Chile, Argentina, Colombia, Brasil, Paraguay y Perú anunciaron la suspensión de su membresía. La mitad de los países del grupo había decidido restarse de la instancia de forma temporal, además de dejar de entregar aportes financieros para su funcionamiento.
"Unasur está paralizado (…) no conduce nada, no hay integración, no es capaz de resolver los temas", argumentó el canciller chileno,
Roberto Ampuero, el año pasado. "No podemos estar lanzando ese dinero a una institución que no funciona", añadió. Cuatro meses después, Colombia fue un paso más allá y anunció su retiro definitivo de la organización.
Lo que dinamitó el proyecto, según dijeron, fue la falta de acuerdo para designar a un nuevo secretario general que reemplazara al ex Presidente colombiano Ernesto Samper, quien terminó su gestión a principios del 2017.
Ante esta situación, Lenín Moreno abogó por el diálogo e insistió en entregar su apoyo al proceso de integración. Sin embargo, en ese momento ya comenzaba a evaluar la permanencia de su país en el bloque y los nuevos planes para el magno edificio ubicado en la mitad del mundo.
Según él mismo anunció en julio de 2018, su administración estaba tramitando con Unasur la devolución de la sede, con el objetivo de que en el segundo semestre de 2019 se convirtiera en la nueva Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblo Indígenas Amawtay Wasi. El centro educativo de carácter público fue cerrado en 2013, tras una evaluación realizada por la gestión de Correa que determinó que no cumplía con los parámetros de calidad.
"Vamos a tener el centro de las universidades indígenas en un edificio que ya no sirve, carísimo, (que costó) 45 millones de dólares para quienes conformaban la Unasur (...) necesitamos hacer un trámite, porque ese edificio el gobierno anterior lo cedió a la Unasur. Entonces, tenemos que hacer el trámite para pedir a la Unasur que nos devuelva el edificio", indicó el jefe de Estado y añadió que tenía la intención de trasladar el organismo regional a otra sede.
La escritura de donación del predio, a la que accedió El Comercio de Ecuador, tiene fecha del 15 de diciembre del 2016. En una de sus cláusulas se estipula la devolución del inmueble cuando Ecuador denuncie el Tratado Constitutivo del bloque o abandone el grupo.
Así, el 11 de marzo pasado, mismo día del octavo aniversario de la entrada en vigencia del tratado de Unasur, el canciller ecuatoriano, José Valencia, ofició a su par boliviano, Diego Pary, - Bolivia ocupa la presidencia pro témpore del bloque - sobre la decisión: Ecuador suspendía su participación e iniciaba "los procedimientos internos para denunciar el Tratado".
"Unasur entró en un final sin retorno desde hace un año, la mitad de los Estados miembros ni participan ni contribuyen, la secretaría no tiene titular y el personal ha ido disminuyendo (…) se transformó en una plataforma política que destruyó el sueño de integración que nos vendieron", dijo el Presidente Moreno este miércoles, en cadena nacional.
"Ecuador puso mucho más de lo que tenía. Entregó como sede un edificio de $ 40 millones. En lugar de destinar ese dinero a los jubilados, a los niños para educación, lo pusieron en un edificio que hace oda al despilfarro (…) Estamos comprometidos con la integración regional. Pero con una integración que funcione", sentenció.
