Después de semanas de declive, el movimiento de los "chalecos amarillos" cobró un nuevo impulso este sábado, aunque con violencia, mediante una gran manifestación en París, la que estuvo marcada por enfrentamientos con la policía, saqueo de tiendas e incendio de barricadas en la famosa avenida de los Campos Elíseos, que dejó 109 detenidos y 12 heridos.
En total 32.300 personas manifestaron en Francia, según cifras del ministerio de Interior. Según los "chalecos amarillos" fueron 230.766 los manifestantes.
Las protestas se produjeron mientras el Presidente Emmanuel Macron pasaba el fin de semana esquiando en los Pirineos, en el suroeste francés, con su esposa Brigitte, pero a raíz de los incidentes, el Mandatario suspendió su viaje para regresar a París.
Los primeros brotes de violencia se registraron poco antes del mediodía en la famosa arteria parisina, donde se congregaron unos diez mil manifestantes. Mientras algunos grupos coreaban lemas anticapitalistas o antipoliciales, otros erigieron barricadas y saquearon tiendas de grandes marcas como Hugo Boss y Lacoste al grito de "¡Revolución!".
El ministro del Interior, Christophe Castaner, denunció en Twitter que los autores de estos actos "no son ni manifestantes, ni alborotadores, son asesinos". Asimismo, el primer ministro, Edouard Philippe, se dirigió esta tarde a la avenida parisina para constatar los daños y agradecer a la policía por su labor.
