La vicecanciller boliviana, María del Carmen Almendras, en su ingreso a La Moneda. La autoridad participó en la cumbre de Prosur, mas no firmó la declaración final.
Aton
SANTIAGO.- Este viernes llamó la atención la presencia de la vicecanciller boliviana,
María del Carmen Almendras, en el foro que marcó el inicio de
Prosur, la nueva agrupación que busca ser un referente de unidad de los países sudamericanos y desplazar a
Unasur, cuya presidencia pro tempore hoy la ejerce, precisamente, Bolivia.
Y aunque se preveía que, al igual que Uruguay y Surinam, el país altiplánico sólo asistiría en calidad de "observador" -por lo que no firmó la declaración final en La Moneda-, la presencia de Almendras en el encuentro evidencia el rol que ha adoptado el Gobierno de Evo Morales el último tiempo, tras la proclamación de Juan Guaidó como Presidente encargado de Venezuela.
Y es que si bien La Paz ha declarado abiertamente su apoyo al Gobierno de
Nicolás Maduro y su condena al "intento de golpe de Estado" de parte de la oposición, no ha querido estar ajena a las nuevas instancias en las que la situación de Venezuela ha sido un tema central.
Así ha quedado claro con la participación de personeros bolivianos en el llamado Grupo de Contacto por Venezuela y la citada cumbre de Prosur, siempre en calidad de "país observador". La salvedad es el Grupo de Lima, instancia de corte mucho más político y en la cual el Gobierno de Bolivia no forma parte.
La señal, entonces, es clara: pese a las diferencias, Bolivia no quiere quedar aislada en una región donde los gobiernos de derecha y centroderecha ahora son mayoría, por lo que participar en instancias de debate parece vital, aunque después su firma no aparezca en la resolución final.
Siempre de observador
El primer ejemplo de esta nueva forma de actuar quedó reflejado el pasado 7 de febrero, durante la celebración en Montevideo del primer encuentro del llamado Grupo Internacional de Contacto (GIC), instancia organizada por Uruguay y la Unión Europea que busca nuevas alternativas a la crisis venezolana y ser un punto de encuentro más transversal, a diferencia del Grupo de Lima.
Así, uno de los países que participó fue Bolivia. En la previa, el Presidente Evo Morales mostraba su confianza en lograr buenos resultados. "Saludamos el encuentro de Uruguay que representa la esperanza de solucionar pacíficamente la situación de Venezuela y preservar la vida. Los pueblos tenemos la obligación moral de defender la paz. La historia enseña que intervenciones de Estados Unidos nunca han resuelto los problemas", señaló en su cuenta de Twitter.
El encargado de representar a La Paz fue el canciller Diego Pary, quien finalmente no suscribió el acuerdo que abogaba por "elecciones presidenciales libres". El ministro explicó en su momento que tomó esta decisión "porque no estamos de acuerdo con la integridad de la declaración que se ha presentado y más bien nos sumamos al Mecanismo de Montevideo", propuesta hecha por México el día anterior.
No obstante, el jefe diplomático aseguró que su país seguirá siendo parte del GIC y está dispuesto a trabajar
"con todos los países que promuevan el diálogo".
Una posición similar fue la que tomó el Gobierno altiplánico este viernes en Prosur. La vicecanciller Almendras participó en todas las instancias, se tomó las fotos de rigor y dialogó con los otros invitados, pero finalmente no suscribió el acuerdo final. Una de las razones, eso sí, tiene que ver con que Bolivia aún tiene la presidencia de Unasur, por lo que un apoyo más directo a Prosur significaría la sentencia de muerte del otrora grupo regional.
Ahora, los propios países firmantes aseguraron que tanto Bolivia como Uruguay y Surinam seguirán siendo invitados a Prosur y podrán unirse de forma oficial en el futuro. Solo el tiempo dirá si esto ocurre o no.
