Controvertida fue la petición del Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), luego de que sugiriera a la Corona de España y a la Iglesia Católica que se disculpen y hagan un "relato de agravios" por todos los actos cometidos en contra de los pueblos originarios de la nación norteamericana durante la conquista de aquel país.
Las reacciones desde España no demoraron en llegar, pero no fueron las que buscaba AMLO. El Ministerio de Relaciones Exteriores español rechazó con "toda firmeza" la carta que envío el Mandatario, gesto que fue replicado por la mayoría de los partidos políticos del país europeo.
Pero contrario al caso de López-Obrador, son varios los gobiernos que en los últimos años sí se han disculpado por los actos cometidos en contra de inmigrantes, grupos étnicos o pueblos originarios, buscando sanar las heridas del pasado.
España y la expulsión a los sefardíes
Hacia fines del siglo XV la comunidad sefardí -judíos que residían en España y que fueron denominados así tras su expulsión- se vieron enfrentados a un duro proceso: en 1492 los Reyes Católicos decidieron expulsarlos de su país para que no pudieran, supuestamente, seguir influyendo en las creencias católicas de su nación.
Según dicta el Edicto de Granada de aquel año, se ordenaba a los "judíos y judías de cualquier edad", residentes en el país "que partan con sus hijos e hijas, sirvientes y familiares pequeños o grandes de todas las edades" y que "no se atrevan a regresar a nuestras tierras". Se les dio plazo hasta julio pero, en caso de que completado este periodo permanecían en territorio español, sufrirían la pena de muerte y la confiscación de sus bienes.
Por lo mismo se les dio dos opciones: marcharse o quedarse en el país ibérico pero con la condición de convertirse al catolicismo. La mayoría de ellos optó por la primera vía, concretándose una afluente diáspora por todo el mundo.
Pasados más de 500 años, en 2015, el Gobierno español liderado por Mariano Rajoy se pronunció ante este suceso histórico y se disculpó con esta comunidad. En ese mismo año, el Congreso de los Diputados aprobó un proyecto de ley que le otorgaba la nacionalidad española a todos los descendientes de sefardíes que la quisieran, y que fueron expulsados en aquel momento, con el fin de reparar este suceso.
De todos modos, hay dudas sobre si ha conseguido su objetivo, ya que según El País de España, para 2018, solo 3.843 judíos obtuvieron la nacionalidad española, una cifra muy menor considerando los pronósticos que los cifraban en cientos o decenas de miles.
Canadá y los "indignos"
La embarcación MS St. Louis, que traía consigo a 907 personas, la mayoría de origen judío, navegaba por el Atlántico en busca de nuevos destinos. Escapaban de las políticas antisemitas que se habían instalado en la Segunda Guerra Mundial, por lo que iban en busca de tranquilidad.
El País menciona que ya habían sido rechazados por Cuba y Estados Unidos, aunque creían que con Canadá la situación podría ser distinta. Sin embargo, se encontraron con la negativa del entonces Primer Ministro, William Mackenzie King -aunque muchos le otorgan una amplia responsabilidad a su encargado de inmigración, Frederik Blair-, quien consideró a los inmigrantes de "indignos".
"Mientras nos batíamos por la democracia en el extranjero, estábamos rechazando a las víctimas de Hitler en nuestro país"
Justin Trudeau, Primer Ministro Canadá
Como no pudieron entrar al país norteamericano, los 907 pasajeros debieron volver a Europa y a países que sí estaban dispuestos a recibirlos. Bélgica, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos estuvieron dentro de este grupo, pero los judíos no pudieron encontrar la paz que buscaban: a medida que avanzaba el Ejército nazi, muchos de los refugiados fallecieron en la guerra.
En noviembre de 2018, el actual líder canadiense, Justin Trudeau, recordó el hecho y aseguró que "mientras nos batíamos por la democracia en el extranjero, estábamos rechazando a las víctimas de Hitler en nuestro país", por lo que ofreció "disculpas" por aquella "injusticia".
Países caribeños y Theresa May
Tras la Segunda Guerra Mundial el Reino Unido buscaba levantarse de la devastación que dejaron los bombardeos en su territorio y que afectaron de vasta manera a sus viviendas y edificios.
Para cumplir este objetivo, necesitaban de una mayor cantidad de manos y vieron en los habitantes de los países caribeños, y que estaban bajo el dominio británico, como Trinidad y Tobago, Jamaica, Barbados, como una buena opción.
Por esto mismo, muchos de ellos llegaron a la isla británica aprovechando asentarse en esta nación, pero con el correr de los años un miedo apareció: la deportación.
La llegada de esta oleada migrante, conocida como la "generación Windrush" (en alusión al barco en el que viajaron la primera vez, el Empire Windrush), se vio amenazada en 1971 por la falta de documentación oficial . El Gobierno británico no guardó el registro oficial de personas llegadas a prestar estos servicios, por lo que no podían comprobar su legalidad.
Ante tales circunstancias, en abril de 2018, la Primera Ministra, Theresa May, sacó la cara y aseguró estar "sinceramente apenada" por estos hechos. Además, valoró el aporte de los inmigrantes caribeños a la reconstrucción de la isla.
Francia y Maurice Audin
En la década de 1950, Argelia se sumó a la legión africana que buscaba lograr su independencia. Pero como ha ocurrido en diversas ocasiones, la postura de los países gobernantes en estos acontecimientos ha tendido a ser intransigente.
Así ocurrió con las represalias del Gobierno francés en contra de la nación norafricana, amparados en una orden de 1956 para restablecer el orden en aquel país, usando la tortura como vía. Producto de aquello, se denunciaron diversos actos violentos cometidos en ese periodo.
La guerra, que ocurrió entre 1954 y 1962, provocó la muerte de 1,5 millones de argelinos, pero el Estado francés nunca reconoció, de forma oficial, la realización de estas acciones para reprimir a los independentistas.
Uno de los momentos más recordados fue la desaparición, en ese periodo, del matemático Maurice Audin, un militante comunista proindependentista que murió siendo torturado.
Fue en septiembre de 2018 cuando el Presidente francés, Emmanuel Macron, pidió perdón por estos hechos haciendo alusión al caso de Audin.
"Soy yo quien tiene que pedirle perdón, no diga nada", fue la confesión de Macron a la viuda del matemático.
Estas disculpas son sólo algunas de las que más se recuerdan en la historia reciente. Es en ese listado donde AMLO quiere sumar a España y el Papa, aunque tiene una compleja tarea.