VIENA.- Las autoridades de Austria registraron el domicilio de Martin Sellner, líder del supremasista Movimiento Identitario, por su posible vínculo con el autor confeso del atentado de Christchurch (Nueva Zelanda), Brenton Tarrant, que mató a tiros a 50 personas en dos mezquitas el 15 de marzo pasado.
El portavoz del Ministerio del Interior, Christoph Pölzl, explicó hoy que el registro fue llevada a cabo el lunes por la tarde por agentes del cuerpo antiterrorista BVT, por orden de la Fiscalía de la ciudad de Graz, que investiga el caso.
La noticia salió a la luz pocas horas antes de la confirmación policial gracias al propio Sellner, un conocido ultraderechista, quien informó en un video en YouTube sobre el allanamiento a su casa en Viena. Según dijo, los agentes
incautaron su teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos.
La sospecha se basa en una donación de unos 1.500 euros que el investigado habría recibido de una persona a la que ahora las autoridades creen haber identificado como Brenton Tarrant, el supremacista blanco australiano de 28 años detenido por la policía de su país como presunto autor de la masacre.
En su video, Sellner niega cualquier relación con el atentado y resalta el hecho de que está siendo investigado por sospecha de "participación en una organización terrorista". La acusación fue confirmada por la Fiscalía, que aclaró que se trata de una denuncia "provisional" y que podría modificarse a la luz de lo que arroje la investigación.
"No tuve nada que ver con el ataque", afirmó Sellner, aunque reconoció haber recibido la cuestionada donación. El pago llamó la atención de las autoridades por ser superior a los habituales, que no suelen superar los tres dígitos.
La semana pasada, la policía de Austria confirmó que
Tarrant había visitado el país, posiblemente a fines de noviembre pasado, en el marco de un viaje que realizó por diversas naciones europeas. Sin embargo, desconocen detalles de la visita.
Sellner es una figura conocida en la ultraderecha austríaca y especialmente polémica por llevar a cabo controvertidas acciones. Una de ellas ocurrió en 2017, cuando lideró un grupo que arrendó un barco para tratar de impedir a los navíos de las ONGs rescatar a inmigrantes y refugiados que quedaban a la deriva en el Mediterráneo.
El barco en cuestión fue retenido en Chipre ese mismo año y el capitán fue arrestado bajo la acusación de tener refugiados ilegales de Sri Lanka a bordo - la tripulación era de esa nacionalidad - y documentos falsos. Posteriormente fue puesto en libertad.
Finalmente la embarcación y su tripulación de Sri Lanka fueron abandonados por los ultraderechistas y la Cruz Roja tuvo que prestarles ayuda en Barcelona, en octubre de 2017, porque se encontraban sin recursos ni combustible.
