Ni locos ni exagerados, los "preppers" británicos, como se conoce a los ciudadanos en Reino Unido que acumulan alimentos, agua o papel higiénico ante un posible Brexit "duro", se consideran a sí mismos gente sensata que solo aspira a mitigar el golpe de la salida del país de la Unión Europea (UE).
Ubicados en ciudades y zonas rurales, los "preppers" o preparacionistas son una minoría creciente en el país, que intercambia información y consejos en las redes sociales para afrontar la eventual escasez o encarecimiento de productos básicos en caso de una ruptura abrupta. Todo, en medio de la incertidumbre que causa el proceso de divorcio.
Los supermercados británicos y cadenas de comida rápida como McDonald's y KFC han advertido que,
en ausencia de un acuerdo entre Londres y Bruselas, esperan problemas de suministro por retenciones en las fronteras y que no tienen capacidad para almacenar a largo plazo.
En tanto, una de las principales proveedoras de papel higiénico, la alemana Wepa, reveló que guarda 600 toneladas, equivalente a 3,5 millones de rollos, para abastecer a los británicos, que dependen de estas importaciones.
Almacenar, pero sin "ponerse nervioso"
Andrew Rawson, un funcionario que vive con su familia en el norte de Inglaterra, acumula existencias desde hace diez años. Según cuenta, comenzó cuando su aldea "quedó aislada por la nieve una semana" y temió por el bienestar de su esposa, perro y tres hijos.
Partidario de la UE, la preocupación por una salida sin pacto lo llevó a plasmar su experiencia en el libro "Prepararse para el Brexit: cómo sobrevivir a la escasez de alimentos", disponible en internet por 6,99 libras (8,2 euros o gratis en Kindle), del cual vende "unas cuarenta copias al día".
En él, plantea métodos de planificación y almacenamiento a corto, medio y largo plazo; sugerencias de productos indispensables, desde latas o legumbres a aceite de oliva, galletas, vino, agua potable o comida para mascotas. Además, comparte consejos básicos, siendo el primero el "no comprar presa del pánico".
En estos momentos, tiene en su despensa unos 30 kilos de pasta, 60 latas de pulpa de tomate, 10 kilos de arroz y alimentos en conserva, así como salsas, especias, "mucho papel higiénico" y dulces "para subir la moral" si es que la carencia de productos se hiciera prolongada, explicó.
Tiene un sistema de almacenamiento por fecha de caducidad y limita lo que guarda en el congelador, "debido a que puede fallar si hay cortes eléctricos". Admite, no obstante, que esto no lo hace solo por el Brexit, sino también por eventuales lluvias o mal tiempo.
"Hacer preparativos no tiene pérdida: si al final no hay choque económico, lo vas gastando poco a poco o donas a bancos de comida", afirmó.
Otra británica que se prepara para lo peor es Jo Elgarf, ama de casa de 43 años que vive en el suroeste de Londres, a quien preocupa especialmente carecer de los medicamentos que necesita su hija Nora, de 5 años, que padece epilepsia. "Tengo un miedo horrible, tengo que confiar en que el ministerio de Sanidad hará acopio de fármacos, pues mi niña podría morir en 24 horas sin ellos", enfatizó.
Aunque no puede guardar medicamentos con receta, Elgarf desde hace meses cultiva su propia fruta y hortalizas y ha formado "una despensa como las que tenían nuestros abuelos". Según afirmó, no lo hace porque cree que habrá una escasez total de alimentos, sino que "por si faltan los que nos gustan o necesitamos", señala.
Elgarf es proeuropea y administra el grupo de Facebook "48% Preppers", estrictamente apolítico y con más de 10.000 miembros que comparten recomendaciones para encarar una eventual crisis de la economía. Su consejo personal es "no ponerse nervioso y hacer reservas para unas cuantas semanas de los alimentos de consumo habitual. Aunque es ya tarde para hacerlo gradualmente", sostuvo.
"Cajas para el Brexit"
Para facilitar el aprovisionamiento, la empresa Emergency Food Storage, fundada en 2009 por James Blake y que abastece al sector público y agencias humanitarias de toda Europa, vende desde diciembre pasado "cajas para el Brexit", con suministros de emergencia para un mes.
Por un precio de entre
300 y 500 libras (352 a 590 euros), los "preppers" británicos pueden adquirir productos diseñados expresamente para situaciones extremas, que incluyen unos 50 platos principales liofilizados, unas tantas latas de ingredientes, un filtro de agua y un gel para poder hacer una hoguera.
"Es una buena idea prepararse no solo para el Brexit sino que para cualquier emergencia, las catástrofes naturales son imprevistas y estos productos duran 25 años", afirmó Blake.
Tras vender unas 600 de estas cajas en su lanzamiento, las ventas se han moderado, luego de que el Gobierno británico anunciara planes de contingencia para las fronteras en caso de Brexit duro. Pero han subido las de cajas con avituallamiento "a tres y seis meses vista", indicó Blake.
Estos preparacionistas, no obstante, aseguran diferenciarse de los más extremos supervivencialistas y que a veces difunden en los grupos británicos técnicas de subsistencia y de defensa personal, pero no solo para el Brexit, también para al apocalipsis o un desastre nuclear.