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Los altibajos de Julian Assange, el "paladín de la transparencia" perseguido por EE.UU.

Fue catalogado como "el hombre más peligroso del mundo" gracias a las miles de filtraciones que realizó a través de WikiLeaks. Hoy, su futuro es confuso, luego de ser detenido por las autoridades británicas.

11 de Abril de 2019 | 14:28 | Agencias/Redactado por Ramón Jara A., Emol
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Reuters
Un Julian Assange deteriorado, con su larga barba, salía escoltado por la Policía británica de la embajada de Ecuador en Londres. Tras siete años refugiado en la legación, el país sudamericano decidió este jueves retirarle el asilo diplomático al fundador de WikiLeaks, que ahora arriesga incluso ser extraditado a Estados Unidos, país que lo espera con ansias para someterlo a juicio.

Este "paladín de la transparencia" entró a la sede diplomática en el elegante barrio de Knightsbridge el 19 de junio de 2012, para escapar de una extradición a Suecia cuyas bases acabaron siendo desestimadas. Pero temía ante todo ser entregado a Estados Unidos para ser juzgado por la difusión en 2010 de cientos de miles de documentos militares y diplomáticos del país norteamericano. Pensaba que un juicio en el país norteamericano podría concluir con la pena de muerte.

Así fue como durante su cautiverio, y mientras Ecuador no lo impidió, el antiguo hacker de 47 años, con la salud cada vez más deteriorada por la falta de sol y ejercicio, siguió comprometido con su causa y difundiendo, con la ayuda de un equipo de fieles, información confidencial de Estados, empresas y organismos. Sin embargo, tras meses de tensiones internas, la protección de Quito llegó hoy a su fin.

Es más, cuando hace unos meses afirmó que pesaban en su contra cargos supuestamente secretos en EE.UU., algunos lo acusaron de paranoia, pero sus temores se confirmaron este jueves después de que la policía británica anunciase que las autoridades estadounidenses emitieron "una orden de extradición" contra Assange.

De Australia al mundo

Julian Assange nació el 3 de julio de 1971 en Townsville, en el estado australiano de Queensland. Tuvo una infancia nómada en Australia, donde su madre, la artista Christine Ann, cambiaba constantemente de residencia escapando del padre de su hermano menor, de quien reclamaba la custodia.

Alumno inteligente, estudió matemáticas, física e informática en la Universidad de Melbourne, sin llegar a licenciarse. Lo sedujo entonces la piratería informática, y llegó a entrar en las webs de la NASA y el Pentágono con el seudónimo de "Mendax".

Fue así como en su juventud fue procesado en Australia por delitos informáticos al acceder, con su grupo International Subversives, a sistemas protegidos de organismos oficiales, pero salió airoso con una mera multa al valorar el juez que sus actividades respondían a la curiosidad y no a fines delictivos.

En esa época, se casó con una joven con la que en 1989 tuvo un hijo, Daniel Assange, ahora diseñador de software, cuya custodia acabaron compartiendo después de separarse.

A mediados de los años noventa, Assange trabajó como programador de software libre, en programas de encriptado para Linux, y colaboró en el libro "Underground: Tales of Hacking, Madness and Obsession on the Electronic Frontier", de Suelette Dreyfuss (1997), donde expuso su filosofía de no dañar los sistemas informáticos a los que se accedía.

En 2006 fundó WikiLeaks con la misión de exponer información gubernamental que, en su opinión, debería estar al alcance de los ciudadanos. Así, saltó a la luz pública cuando en abril de 2010 difundió un polémico video en el que soldados de EE.UU. disparaban a civiles en Irak en 2007, y posteriormente esos 250.000 cables diplomáticos que abochornaron a líderes mundiales.

"Egocéntrico", "obsesivo" y "paranoico"

Con la notoriedad de WikiLeaks, Assange fue catalogado como un genio informático y un mesías libertario. "El hombre más peligroso del mundo", se titulaba una biografía suya.

Pero rápidamente, arreciaron las críticas. Las autoridades lo acusaron de poner en peligro las vidas de agentes de inteligencia, y algunos viejos amigos y colaboradores lo describieron como "egocéntrico", "obsesivo" y "paranoico".

"El hombre que presume de desvelar los secretos del mundo, no soporta los suyos", sentenció Andrew O'Hagan, al que pidieron que escribiera la biografía de Assange y acabó por tirar la toalla.

La habitación en la que el australiano pasó los últimos años está dividida en una oficina y una sala de estar, con una cinta para hacer ejercicio, una ducha, un horno microondas y una lámpara de luz solar artificial.

El equipo de abogados del australiano, dirigido por el ex juez español Baltasar Garzón, denunció las condiciones de vida impuestas en la embajada, donde desde octubre su cliente sólo tenía acceso a internet mediante el wifi de la legación y sus visitas estaban estrictamente reguladas, afirmando que vulneran sus "derechos fundamentales".
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