Es joven, homosexual, progresista, hijo de inmigrantes, veterano de guerra, estudió en Harvard y Oxford, toca el piano y habla siete idiomas. Con 37 años, Pete Buttigieg se ha convertido en un fenómeno en el comienzo de la carrera presidencial en Estados Unidos, luego de que este domingo anunciara ante 6.000 personas que buscará la candidatura demócrata de cara a 2020.
Acalde de South Bend, Indiana, ciudad del Medio Oeste industrial, con su carisma y perfil atípico intenta conquistar a los votantes millenials y a los desencantados, tanto demócratas como republicanos, que ven en él una forma de refrescar la política estadounidense.
Si llegara al poder
no solo sería el primer presidente de EE.UU. abiertamente gay, sino que también el más joven; todo un contraste con Trump, quien en 2017 se convirtió, con 70 años, en el Mandatario de mayor edad en asumir el cargo en la historia del país.
El escenario para llegar a serlo no es fácil, especialmente porque para ello deberá enfrentarse a al menos 17 aspirantes en las primarias demócratas, como el ex candidato Bernie Sanders y, eventualmente, el ex vicepresidente Joe Biden. Aún así, va bien encaminado: ya ha recaudado más de 7 millones de dólares en el primer trimestre de 2019 y se sitúa en el tercer lugar en algunas encuestas en Iowa y Nuevo Hampshire, los dos primeros estados en votar.
Alcalde millennial
Hijo de un inmigrante maltés, Buttigieg nació y creció en South Bend. Su padre le enseñó a hablar su idioma de origen, pero él decidió aprender también español, francés, italiano y árabe. El noruego lo estudió porque no encontraba la traducción de un libro que le interesaba, consigna la radio francesa Rfi. Además, toca música clásica en su piano y es miembro de la Iglesia Episcopal, una de las más tolerantes dentro del anglicanismo.
Tras su adolescencia estudió en Oxford, se graduó en historia de la Universidad de Harvard y luego sirvió en la guerra en Afganistán. Cuando tenía solo 29 años fue elegido alcalde de su ciudad natal, para luego resultar reelecto en 2015. Se autodefine como un "alcalde millennial" y muchas personas lo llaman "el alcalde Pete", debido a la dificultad de su apellido. Él no pierde la esperanza de que aprendan a pronunciarlo: se dice "Boot-edge-edge", indica su perfil de Twitter.
De todas formas, prefiere presentarse como representante de una ciudad del Medio Oeste de EE.UU., el denominado "rust belt" o cinturón industrial, duramente golpeado por el declive de la industria y que resultó ser clave para inclinar la balanza hacia la victoria del Presidente Donald Trump en 2016.
Aunque próspera por muchos años, la economía de South Bend implosionó cuando gigantes del sector automotor cerraron sus fábricas en los años cincuenta y sesenta. Ahora, la localidad ha recuperado cierta pujanza, y se le ha atribuido parte de esta revitalización a Buttigieg.
De hecho, el evento de este domingo se realizó en una antigua fábrica de automóviles y, pese a que no era el lugar original – se cambió por pronósticos de nieve -, estaba cargado de simbolismos: el barrio está formado por antiguos edificios industriales de ladrillo, muchos de los cuales fueron abandonados por las empresas que representaban la fuerza comercial de la región.
"Representa una nueva generación de liderazgo demócrata. Adoramos su visión", expresó a Agence France Press, Jenn Watts (35), quien llegó con su hija de tres años al acto de lanzamiento de campaña del demócrata. Aunque es desconocido a nivel nacional, miles de ciudadanos de la zona formaron una larga fila para intentar entrar al evento. Quienes no lo lograron, vieron el discurso por una pantalla y bajo la lluvia.
"Su encanto, para muchas personas de South Bend, radica en su capacidad de mirar hacia adelante y de focalizarse en los días mejores que están por venir", afirmó Elizabeth Bennion, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Indiana, a AFP. "En cuanto la gente eche un vistazo a su CV y le escuchen hablar, van a comprender que este joven está destinado a la política nacional", agregó.
Críticas
Destacando su edad, reivindicando su lugar de origen y marcando un lineamiento más moderado que el de demócratas como Bernie Sanders, Buttigieg se ha enfocado en intentar captar a los más jóvenes y al electorado empobrecido blanco, ya sean de su partido o del republicano, que ven cómo sus preocupaciones han sido abandonadas por los líderes tradicionales.
En ese contexto, Buttigieg ha embestido contra el Presidente Trump, llegando a ironizar con el lema de campaña "Hacer a América grande otra vez", que el republicano hizo conocido a nivel mundial. "No podemos buscar la grandeza en el pasado", aseveró en su video de campaña: "nada que incluya la frase 'de nuevo' puede ofrecer soluciones", añadió.
También ha criticado duramente al vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, quien igual que él es procedente de Indiana. Pence es conocido por su oposición a muchas políticas a favor de los homosexuales y transexuales, algo que justifica por su cristianismo. Buttigieg cuestionó al político y advirtió que cuando el vicepresidente se mete con su sexualidad, se está metiendo también con su "creador", en referencia a Dios. Pence definió esas palabras como un "ataque" a su "fe cristiana".
Buttigieg se casó el año pasado con el docente Chasten Glezmen, gracias a la legalización del matrimonio homosexual en 2015. El político recordó este hito legal en su discurso del domingo, el que terminó sellando con un beso a Glezmen en el escenario. "Las fuerzas que están cambiando nuestro país son tectónicas, y ayudan a explicar qué hizo esta Presidencia posible. Por eso, esta vez no estamos hablando de ganar unas elecciones, sino de ganar una era", subrayó.
Sin embargo, el alcalde tampoco ha quedado exento de críticas. El ala más a la izquierda del Partido Demócrata lo cuestiona por no tener buenos lazos con la comunidad afroamericana y por promover el aburguesamiento de South Bend, en desmedro de las familias vulnerables de raza negra. Por otro lado, en el sector más conservador del partido, las críticas van dirigidas principalmente a su corta edad y a la falta de definiciones en su programa.
"Reconozco la audacia de hacer esto siendo un alcalde millennial del medio oeste. Más que un poco atrevido", dijo Buttigieg en su presentación de candidatura. "El momento que vivimos exige voces esperanzadoras y audaces de comunidades como la nuestra. Y sí, exige una nueva generación de liderazgo", sentenció.