Al menos 137 personas han sido detenidas este sábado en la ciudad de París en relación con las protestas de los "chalecos amarillos", que han vuelto a tomar este sábado la capital en el Ultimátum 2, cuya primera edición se saldó con graves disturbios.
De los 137 arrestados, 56 han quedado detenidos bajo custodia policial, mientras que el pasado sábado fueron solo 15 los arrestados en la capital, según datos recogidos por la televisión BFM.
La mayoría de estos arrestos se realizaron por posesión de material prohibido y se produjeron en los controles de seguridad de la Policía, según fuentes policiales.
La Policía ha informado ya de la formación de "grupos violentos" en los márgenes de la manifestación y se han producido los primeros enfrentamientos entre manifestantes y policías y se ha confirmado ya la utilización por los agentes de gas lacrimógeno y de las polémicas pelotas de acero recubiertas de goma o 'flashball', unos proyectiles lanzados con armas conocidas técnicamente como Lanzador de Bolas de Defensa (LBD).
El primer Ultimátum de los "chalecos amarillos" fue el pasado 16 de marzo, cuando se produjeron importantes disturbios principalmente en la región de los Campos Elíseos, donde se saqueó y quemó el histórico restaurante Fouquet.
Desde entonces las autoridades han prohibido parcialmente las marchas, pero los "chalecos amarillos" han mantenido el nivel de movilización.
Las autoridades han alertado del riesgo de disturbios durante este Acto XXIII de los "chalecos amarillos" y el viernes el ministro del Interior, Christophe Castaner, informó del despliegue de 60.000 policías y gendarmes en todo el país. Además, ya el sábado, la Policía ha emplazado a los "chalecos amarillos" ha diferenciarse claramente de los "grupos violentos".
En París son dos las marchas que han sido autorizadas, mientras que las autoridades han prohibido varios recorridos más. También se han prohibido manifestaciones en Lyon, Burdeos o Toulouse.
Las movilizaciones de los 'chalecos amarillos' comenzaron en noviembre para protestar contra la subida de los impuestos al diésel y en diciembre alcanzaron su punto álgido con las protestas contra la represión de las manifestaciones hasta el punto que el presidente, Emmanuel Macron, anunció un paquete de medias económicas para mejorar las condiciones de vida de la clase media y trabajadora.