No han sido meses fáciles para
Mauricio Macri. La profunda crisis económica por la que atraviesa el país argentino ha marcado su gobierno y lo ha puesto en el ojo constante de la crítica.
"Fue el peor año de mi vida", reconoció el propio Mandatario, que ahora lucha por tranquilizar a los trasandinos y llenarlos de optimismo para salir todos juntos del hoyo.
Pero mientras centra sus esfuerzos en levantar la economía de su país, el líder de centroderecha también mira de reojo l
as elecciones presidenciales de este año que están a la vuelta de la esquina (28 de octubre) y que lo tienen postulando a la reelección. Ambos temas se relacionan y Macri lo sabe:
necesita repuntar las cifras económicas para poder subir en las encuestas y lograr la permanencia en la Casa Rosada por cuatro años más. Y eso inquieta en el Gobierno.
A eso hay que sumarle el accionar de la oposición, que está al acecho y ve este tema como un incentivo para arremeter y quedarse con el triunfo en octubre, pese a sus profundas diferencias. En esa línea, la figura de Cristina Fernández, con casos judiciales y todo, aparece como la principal carta para destronar al líder de Cambiemos, de acuerdo a los últimos sondeos. Todos estos números, al menos, alarman en las huestes oficialistas.
La preocupación por la economía
Hace ocho días, los medios argentinos publicaban que la inflación del mes de marzo fue de 4,7% y acumuló en el primer trimestre del año un 11,8%. Cifras para nada positivas que hunden aún más al Gobierno. La gran preocupación: el alto precio de los alimentos, en un país donde la pobreza ha crecido a niveles insospechados: 32% de la población urbana en 2018, seis puntos más que el año anterior.
A eso se suman las cifras registradas el lunes, donde la Bolsa se desplomó y el peso en la plaza interbancaria se depreció un 1,46%, a 42,50 por dólar, uno de sus menores niveles en la historia. Además, el riesgo país argentino realizado por el banco JP Morgan cayó siete unidades, a 844 puntos básicos, alcanzando
su máximo nivel desde 2014.
Esto llevó al Presidente Macri a anunciar una serie de medidas para combatir la inflación que sorprendieron en Argentina, como el congelamiento de precios de 60 productos de la canasta básica durante los próximos seis meses. Asimismo, mantendrá las tarifas de energía y transporte.
El anuncio generó diversas reacciones en el país vecino, donde relacionaron estas medidas con las ansias electorales del Mandatario. "La inflación y las encuestas llevan a Macri a tomar medidas en las que él cree poco y nada. Él nunca quiso acordar precios ni congelar tarifas. Al tomar medidas que no pertenecen a su formación, se ve una disputa entre el Presidente y el candidato presidencial. Hoy ganó el candidato", aseguró Joaquín Morales Solá en La Nación.
"Es algo que sorprende porque ellos (el Gobierno) predicaron siempre algo distinto. A veces lo que nosotros criticamos (como mercado) es lo que es más cercano al kirchnerismo y sus medidas, pero están haciendo lo mismo que terminó haciendo el gobierno anterior y por ese lado la economía no camina", afirmó por entonces a Emol el economista argentino y director de Benedit Bursátil, Luis Godoy.
Mientras, el Mandatario busca recuperar las confianzas, reuniéndose con los empresarios. Según explicó Martín Rodríguez en La Nación, el gobernante intentó hacer entender a los hombres de negocio que "este no es el camino hacia adelante, sino una medida de coyuntura. Es algo que se necesita para cruzar el puente hacia las elecciones".
"El Gobierno necesita resultados económicos para poder estar en condiciones de dar la batalla electoral. Y en Cambiemos se reconoce que la economía, tanto los movimientos del dólar como el impacto de la inflación, están repercutiendo de manera muy negativa en la imagen de Macri. Los funcionarios antes, en off, aseguraban: 'Acordate que vamos a ganar en primera vuelta'. Hoy en día eso es lejano, se habla más de un ballottage contra Cristina y con un resultado parejo", agregó.
El fantasma de Cristina
El martes, la ex Presidenta Cristina Fernández anunció el lanzamiento de su libro "Sinceramente", el cual saldrá a la venta este viernes. Como adelanto, ya avivaba la polémica: "Mauricio Macri es el caos", dice uno de los pasajes del texto. El gesto no es menor: envuelta en varios líos judiciales, la ex Mandataria había preferido un perfil más bajo, pero este acto ya ha sido interpretado como el inicio de su carrera por repostular a la presidencia.
Los números, al menos, la avalan, mientras ella sigue sin definir si se presentará o no en los comicios. De acuerdo a la encuesta de
Isonomía -una de las que más confianza le da al Gobierno de Macri-
Fernández le ganaría por nueve puntos al Presidente argentino en una eventual segunda vuelta (45% versus 36%).
De todos modos, según comentó Carlos Pagni en La Nación, "la primera rareza que se evidencia en la muestra es que se verifica que muchos votantes que hace 15 días votaban por Macri pasaron directamente a elegir a Cristina. ¿Se puede cambiar tan rápido? O acaso lo que desmuestra es un momento de bronca. Y si se tratara de un voto castigo: ¿Se puede sostener en el tiempo o es solo el resultado de un malestar momentáneo?", se cuestionó.
El discurso oficialista, entonces, iría de la mano con el "terror" que significaría para el país un retorno de Fernández a la Casa Rosada. Así se lo hizo saber Macri a los empresarios y así se le transmitirá a la ciudadanía en caso de que la ex Mandataria decida finalmente sumarse a la carrera electoral.
En tanto, en caso de que la ex gobernante decida restarse de los comicios, el Gobierno respiraría más aliviado, aunque de todos modos mira con cautela el accionar de
Roberto Lavagna, ex ministro de Néstor Kirchner que asoma en las encuestas como el político que genera más confianza en la ciudadanía y que ha sido tentado tanto por el peronismo disidente como por el oficialismo para presentarse a primarias. A ambos ha dicho que no, y su estrategia pasaría por encantar al 30% de indecisos que podrían definir la elección.
Mientras tanto, Macri estudia y adopta estrategias. Por un lado, tiene en mente el futuro económico de su país; por el otro, el futuro político de su gobierno y sus ganas de continuar al mando de Argentina.