A las afueras de la embajada de España en Caracas, donde se encuentra alojando en calidad de "huésped", Leopoldo López ofreció su primer punto de prensa oficial desde que fue liberado el martes y justo después de saber que pesaba sobre él una nueva orden de captura. "Durante más de tres semanas yo tuve reuniones en mi casa (…) Me reuní con comandantes, con generales, con representantes de los distintos componentes de la Fuerza Armada, de los distintos organismos policiales", informó.
La revelación del fundador de Voluntad Popular fue percibido por algunos sectores como su reivindicación de poder al interior de la oposición. Porque si a alguien le quedaban dudas de que mantenía el liderazgo, él acababa de disiparlas.
El 18 de febrero de 2014, en medio de una multitud de seguidores, López se entregó a las autoridades que lo acusaban de instigar a la violencia por convocar manifestaciones y provocar la muerte de 43 personas en ellas. Hasta ese momento, se había convertido en un ícono de las protestas contra el Presidente Nicolás Maduro.
Él pretendía que su "sacrificio" fuera lo suficientemente simbólico para motivar la indignación popular que presionaría por su liberación y terminaría con la caída del Ejecutivo, pero nada de ello ocurrió. Fue
sentenciado a 13 años, nueve meses y siete días de cárcel y cumplió su condena en prisión hasta que en 2017 se le concedió el arresto domiciliario. Eso sí, se convirtió en el preso político venezolano más conocido del mundo y la lucha por sacarlo de la cárcel dio la vuelta al mundo gracias a su esposa,
Lilian Tintori.
Aunque sus apariciones y protagonismo en la escena política del país se fueron desvaneciendo mientras estuvo privado de libertad, en la oposición coinciden en que su liderazgo nunca dejó de estar presente. Para muchos, incluso, él es la mente detrás de la juramentación del actual Presidente encargado, Juan Guaidó.
El hombre en las sombra
En enero pasado, Guaidó, discípulo político de López, fue proclamado ante una multitud como Mandatario encargado de Venezuela. Su rostro joven, desconocido hasta entonces por gran parte de la población, pasó de la noche a la mañana a convertirse en la cara de la oposición venezolana y a encabezar la embestida para sacar al régimen de Maduro del poder.
Días antes, a sus 35 años, el también militante de Voluntad Popular había sido designado presidente de la Asamblea Nacional – declarada en desacato –, un cargo que por rotación le tocaba asumir al partido. La noticia sorprendió debido a que su posición al interior de la colectividad lo dejaba lejos en la línea sucesoria de ascenso. Sin embargo, voces opositoras y de analistas coinciden en que su influyente mentor, ex alcalde de Caracas y heredero lejano de Simón Bolívar, fue quien lo hizo llegar a aquel sillón.
"Guaidó es del partido de Leopoldo López y es muy cercano a él. Incluso se dice que puede ser la estrategia de López, todo eso de la juramentación de Guaidó, el asumir. El acto del pasado martes (sublevación militar) también se explica porque está Leopoldo allí, él es de ese tipo de acciones", afirmó a Emol el abogado venezolano y académico de la Universidad Alberto Hurtado, Juan Luis Modolell.
López ha sido señalado en múltiples ocasiones como un líder carismático y popular, pero impulsivo, arrogante y que genera divisiones en una oposición tan diversa como la venezolana. Guaidó, en cambio, aunque se le da menos la oratoria, es visto como un poco más moderado y humilde.
Por eso, medidas radicales como la juramentación de enero y el levantamiento de este martes harían evidente que la cabeza de López está detrás de Guaidó. Según consignó BBC Mundo, la noche anterior a la proclamación del joven político, no todos los partidos estaban de acuerdo con la medida y su proclamación, realizada en medio de la calle y rodeado de adherentes, sorprendió a varios.
"El diseño de la estrategia tiene mucho que ver con Leopoldo", dijo al mismo medio el analista de Datanálisis, Luis Vicente León, en febrero. "Las grandes decisiones del partido pasan por él. O al menos son discutidas con él. Es un jugador clave en todo esto", agregó.
Una rastro de aquello también es el nombramiento de Carlos Vecchio, mejor amigo de López al interior del partido, como representante de Guaidó en EE.UU. Freddy Superlano, diputado y miembro de Voluntad Popular, admitió que López "tuvo algo de influencia" en la proclamación, pero descarta que el Presidente encargado sea un "títere".
Aún así, diversos analistas y cercanos a López dudan de que éste se siga manteniendo en las sombras. Incluso, sospechan que, una vez derrocado el régimen chavista, desplegará todas sus armas para llegar él al Palacio de Miraflores.
Aspiraciones presidenciales
Según el mismo López, en los últimos años no ha dejado de liderar los contactos para lograr apoyo para sacar a Maduro del poder. "He hablado con gobiernos de todo el mundo, he mantenido una comunicación fluida, durante todo el tiempo que estuve en mi arresto domiciliario, con los países del Grupo de Lima, con todos los países de Sudamérica, con países europeos, con EE.UU., con todos nuestros aliados", afirmó. "Leopoldo está en contacto con todos, todo el tiempo, constantemente", había dicho anteriormente a The Guardian Lilian Tintori.
Pero convertirse en presidente es una ambición que acarrea desde 2014 y que vio frustrada por su detención y posterior encarcelamiento. Por eso, quienes lo conocen aseguran que no pretende abandonarla.
"En este momento, Guaidó es una figura mesiánica. Si llaman a elecciones libres, ganará. Será nuestro presidente durante los próximos 6 años, y eso a Leopoldo no le gustará nada"
Vanessa Neumann, presidenta de Asymmetrica
"Por supuesto que tiene aspiraciones. Hay varias personas que quieren ocupar ese sitio, ¿no es así?", dijo a ElDiario.es Juan Andrés Mejía, otro importante miembro del partido y aliado de López. "En Voluntad Popular tenemos un candidato, y es Leopoldo.
Juan (Guaidó) tiene en este momento un papel clave, que es lograr llevar adelante la transición", agregó.
Sin embargo, el arrastre que ha logrado el joven discípulo de 35 años en los últimos meses, no se prevé fácil de superar. "En este momento, Guaidó es una figura mesiánica. Si llaman a elecciones libres, ganará Guaidó. Será nuestro presidente durante los próximos seis años, y eso a Leopoldo no le gustará nada", opinó Vanessa Neumann, presidenta de la empresa de análisis de inversión Asymmetrica, en entrevista con el mismo diario ibérico.
"Leopoldo quiere controlar su Frankenstein, pero el Frankenstein se vuelve independiente. Es natural. Y así pueden comenzar los roces", afirmó por su parte Luis Vicente León a BBC.
Modolell no lo ve así y descarta cualquier diferencia entre López y Guaidó. "Yo creo que no es posible (...) A Leopoldo la cárcel lo hizo más sabio. Antes era un poco más impulsivo, más irreflexivo en lo que hacía. Ahora puede ser que eso se mantenga un poco, pero es más político, más táctico", afirmó. "Yo creo que López tiene ahora ese olfato para tratar de ver que una desunión de la oposición no lleva a ningún camino contra Maduro", consideró.