El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado desde abril de 2018 por corrupción, afirmó este viernes que pedirá pasar al régimen semiabierto, al que tendría derecho en unos meses después de haber visto reducida su pena a 8 años y 10 meses de prisión.
"Lo voy a pedir. Quiero ir para la casa. Ahora bien, si tengo que renunciar a seguir en la lucha por mi defensa, no tengo ningún problema en seguir aquí", afirmó el ex Mandatario.
Lula hizo estas declaraciones en la segunda entrevista que ofrece desde que fue detenido el 7 de abril de 2018, después de que hace dos semanas el Supremo Tribunal Federal (STF) le autorizara a hablar con los medios.
El líder de la izquierda fue acusado de ser el beneficiario de un apartamento tríplex en Guarujá (litoral del estado Sao Paulo) puesto a su disposición por constructoras para obtener contratos en
Petrobras.
Desde el inicio del caso, Lula se declara inocente y denuncia una persecución política para impedir que la izquierda vuelva al poder.
El pasado 23 de abril, un tribunal de apelaciones en Brasilia redujo su condena de 12 años y un mes de cárcel a 8 años y 10 meses. Ese fallo podría permitirle beneficiarse, en los próximos meses, según juristas, de un régimen semiabierto, al haber cumplido un sexto de su condena.
La defensa de Lula dijo este viernes en un comunicado que, tras reunirse con el ex Mandatario, se decidió "que serán analizados y requeridos todos los derechos que se desprenden" del fallo del tribunal de apelaciones, sin ofrecer más detalles.
El nuevo panorama de Lula tras ese fallo podría verse afectado por otra condena que pesa sobre él.
El ex Presidente fue condenado en febrero a otros 12 años y 11 meses de cárcel por un tribunal de primera instancia por la realización de reformas en otra propiedad, igualmente a cambio de contratos en la petrolera estatal.
Si un tribunal de segunda instancia confirmase dicha condena, esta se sumaría a la anterior y el periodo de permanencia en prisión antes de poder obtener un régimen semiabierto aumentaría.
La semana pasada, en su primera entrevista desde que está preso, concedida a los periódicos El País y Folha de S.Paulo, Lula dijo que Brasil está gobernado por "una banda de locos", en referencia al gobierno de Jair Bolsonaro.
Dijo también que está "obsesionado" con probar la "farsa" judicial que lo mantiene tras las rejas.