El Reino Unido parece encaminarse hacia una salida dura de la Unión Europea (UE) con el demoledor avance de la formación euroescéptica del populista Nigel Farage en las elecciones europeas. Aún más, cuando se acerca la elección de un nuevo jefe de Gobierno para el país.
El Partido del Brexit, creado a principios de año por el antiguo líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), aparece como la fuerza más votada y la que enviará el mayor número de eurodiputados al Parlamento europeo.
Con una participación del 37%, según lo escrutado hasta ahora, la formación de Farage logró 29 eurodiputados - de un total de 73 que le corresponden al Reino Unido - y un 30% de los votos. Esta es la misma cantidad de cargos que obtuvo la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de
Angela Merkel en Alemania, convirtiéndose ambas en las formaciones con más escaños de la UE.
Aunque los resultados finales se conocerán durante la jornada de este lunes o incluso el martes, el mensaje, según consideran los expertos, es que los electores se inclinaron claramente a favor del Brexit, sea como sea.
Aprovechar el caos
Una de las principales causas a las que se atribuye la victoria del Partido del Brexit tiene que ver con que éste consiguió atraer el voto de muchos conservadores desencantados con la mano negociadora del Gobierno de Theresa May. Con el Brexit sin un rumbo claro, profundamente divididos y en busca de reemplazo para su Primera Ministra que dimitirá el 7 de junio próximo, los tories quedaron relegados al quinto lugar con apenas un 8,7% de los sufragios y 4 escaños.
Este "voto de castigo" a los conservadores también se replicó, en parte, a los laboristas liderados por Jeremy Corbyn. Se quedaron en tercer lugar con solo 10 eurodiputados -tras perder 8-, un resultado humillante para esa formación.
Según expertos, la incapacidad de concretar un acuerdo sobre el Brexit, tanto de conservadores como laboristas, les pasó la cuenta a los dos principales partidos del país. Ello se suma a que ninguno de los dos hizo campaña para estas elecciones.
El
Reino Unido se vio obligado a participar de unos comicios que no tenía previstos en su agenda, pues el 29 de marzo tendría que haber dejado el bloque. No obstante, la falta de acuerdo al interior del Parlamento británico llevó a retrasar el Brexit hasta máximo el 31 de octubre. Así, los escaños a eurodiputados que adquirieron en estas elecciones solo serán ocupados hasta entonces.
Pero Farage aprovechó el caos e hizo una fuerte campaña para los comicios, obteniendo un éxito sin precedentes. En cada acto en el que participó se dio un baño de multitudes con sus discursos sencillos y directos, tratando de mostrar una imagen de hombre cercano y abogando por la relevancia de esta votación.
"Laboristas y conservadores podrían aprender una gran lección (…) Si no abandonamos la UE el 31 de octubre, los resultados de esta noche se repetirán en unas elecciones generales", vaticinó el político que adelantó que su partido exigirá participar de las negociaciones entre la UE y Reino Unido.
Es "muy decepcionante para los conservadores. Excelentes eurodiputados han perdido sus bancas, excelentes candidatos han sido derrotados (...) Esto demuestra la importancia de encontrar un acuerdo para el Brexit", advirtió, por su parte, Theresa May. "Espero sinceramente que estos resultados constituirán el centro de los debates en el Parlamento", añadió este lunes.
Marcando las elecciones conservadoras
Con un país varado en una preocupante crisis política, los analistas perciben el triunfo de Farage como señal inequívoca de la voluntad ciudadana de desligarse de la Unión Europea, aun cuando no se logre un acuerdo para regular dicha salida.
Esta percepción ha generado alerta entre los conservadores partidarios de un Brexit "blando", especialmente cuando la dimisión de May implica que en julio próximo deberán definir un nuevo líder para concretar la salida del bloque. "Las pérdidas para el Partido Conservador están siendo interpretadas por gran parte de los candidatos como que tienen que empujar hacia un Brexit más duro", dijo a la AFP el politólogo Stephen Barber, profesor de la Universidad de Bedfordshire.
Esta opinión gana aún más relevancia si se considera que el ex titular de Relaciones Exteriores y reconocido euroescéptico,
Boris Johnson, se alza como favorito para ser Primer Ministro. "Nadie sensato apuntaría exclusivamente a un Brexit sin acuerdo.
Nadie responsable quitaría de la mesa un Brexit sin acuerdo", escribió Johnson en su columna del lunes en el Daily Telegraph, presagiando que llevará a cabo una dura renegociación con la UE si resulta elegido.
Sin embargo, junto a la victoria del Partido del Brexit, y el castigo a unos conservadores incapaces de cumplir con lo prometido, los resultados de las elecciones europeas también mostraron un respaldo considerable a los partidos proeuropeos. Liberaldemócratas, Verdes y otras formaciones, lograron juntos alrededor de un 37% de los votos.
Así, para muchos, aunque estos resultados ponen de manifiesto que los votantes se han decantado por las formaciones que ofrecían claridad sobre la retirada del país, también dan cuenta de que persiste la división interna.
Ello podría poner paños fríos al interior de la formación conservadora, que ahora se juega el todo por el todo para recobrar la confianza de los electores, eligiendo a un próximo Primer Ministro que logre dar respuestas concretas a los ciudadanos.