Después de perder votos en las elecciones europeas y ver rechazada su polémica reforma judicial en el referéndum del domingo, el Ejecutivo rumano sufrió este lunes un nuevo golpe, luego de que se confirmara la condena contra el líder del oficialista Partido Social Demócrata (PSD), Liviu Dragnea.
La condena a 3 años y 6 meses de cárcel en contra del "hombre fuerte" del PSD, acusado de malversación, fue ratificada por el Alto Tribunal de Casación y Justicia. Minutos después de conocerse la sentencia, el socialdemócrata fue trasladado a la cárcel de Rahova, en Bucarest, para empezar a cumplir condena, según informó la policía.
En junio de 2018, Dragnea ya había sido considerado culpable por realizar contrataciones ficticias cuando era presidente del consejo provincial de Teleorman, en el sur del país. Tras la apelación de la defensa, el Alto Tribunal determinó confirmar la sentencia.
"La condena significa el comienzo del fin de una forma de gobernar Rumania"
Ioan Stanomirm, analista Bucarest
El político ya había sido condenado en 2016 por fraude electoral a una sentencia suspendida de dos años de cárcel, lo que le impedía ser miembro del Gobierno rumano tras la victoria electoral de su coalición ese mismo año. Aún así, según muchos observadores, Dragnea, que accedió a la presidencia de la Cámara de Diputados, controlaba desde la sombras al partido y al Gobierno.
"La condena significa el comienzo del fin de una forma de gobernar Rumania", declaró el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bucarest, Ioan Stanomirm, haciendo referencia a las prácticas clientelistas en la política regional con las que, a su juicio, Dragnea ha construido toda su carrera política.
Crisis en las urnas
Antes de conocer su sentencia definitiva, Dragnea vio cómo su partido se desplomaba en las europeas del domingo, en las que perdió casi 14 puntos respecto a los anteriores comicios a la Eurocámara. Según los últimos datos, el PSD fue relegado al segundo lugar con el 23,44% de los votos, detrás de los conservadores del Partido Nacional Liberal (PNL), que obtuvieron 26,9%.
A este mal resultado se suma el éxito del llamado "referéndum sobre la Justicia", convocado por el Presidente del país, el conservador Klaus Iohannis, para poner freno a lo que considera una "ofensiva" del Gobierno socialdemócrata contra el Estado de Derecho.
El Ejecutivo de Bucarest ha sido duramente criticado por la Comisión Europea y por el Presidente de la nación por tratar de revertir los avances en la lucha anticorrupción con decretos gubernamentales que reducen las penas y el tiempo de prescripción de delitos, como el que le costó hoy el ingreso a la cárcel a Dragnea.
Según afirmó Iohannis, más de un 80% de los rumanos que votaron en la consulta se pronunciaron a favor de prohibir los indultos a corruptos y los decretos gubernamentales para reformar el sistema de Justicia.
41% del censo acudió a las urnas para el referéndum
"Ha ganado la Rumania europea y democrática, la Rumania en la que la Justicia es independiente y en la que los ladrones y los delincuentes están en la cárcel y no al frente del Estado", celebró este lunes Iohannis.
Más de un 41% del censo acudió a las urnas en el referéndum, que es consultivo pero que, al haber superado la participación el 30%, debe ser tenido en cuenta por el Gobierno a la hora de tomar decisiones.
Solicitud de dimisión
Ante esta situación, los conservadores del PNL y el propio Iohannis han pedido al Gobierno que dimita y permita a la oposición formar un nuevo Ejecutivo. Por su parte, el oficialista PSD convocó a una reunión extraordinaria para este martes, con el fin de dar una respuesta a la crisis.
"La condena del señor Dragnea no habría sido posible sin lo ocurrido ayer", concluye el politólogo Stanomir, para quien el contundente mensaje del electorado contra el PSD y a favor de una Justicia independiente evitó que los magistrados se sintieran intimidados a la hora de tomar una decisión.
Cientos de jueces han firmado en los últimos meses varias cartas abiertas a favor de la independencia de la Justicia, en las que denunciaban los presuntos ataques del PSD contra el Estado de Derecho.
Mientras tanto, el PSD y el entorno de Dragnea acusan a un supuesto "Estado paralelo", que estaría formado por los servicios de inteligencia y dirigido por el conservador ex presidente conservador, Traian Basescu, que intentaría instrumentalizar políticamente el sistema judicial contra los socialdemócratas.