Los ministros de Finanzas y responsables de los bancos centrales de los países del
G20 admitieron este domingo que las tensiones comerciales han empeorado, lo que plantea un riesgo para la economía mundial.
En una reunión en Japón que puso de relieve las diferencias entre Estados Unidos y sus socios y luego de 30 horas de debate aseguraron a través de un comunicado que "
el crecimiento permanece bajo y los riesgos de empeorar permanecen" para la economía global.
"Más importante, las tensiones comerciales y geopolíticas se han intensificado", dijo el G20, agregando que permanecía "listo para tomar nuevas acciones" en caso de ser necesario.
El texto resume dos días de discusiones en Fukouka, en el oeste de Japón, en los que también se debatió sobre la controvertida cuestión del impuesto a los gigantes de internet como Google o Amazon.
"Redoblaremos nuestros esfuerzos para una solución consensuada con un informe final para 2020", afirmó el G20, resaltando que buscará modificar el sistema impositivo internacional para corregir el vacío legal existente con estas compañías que facturan miles de millones de dólares y son criticados por sus prácticas de optimización fiscal.
Sin embargo, más allá de este "consenso", las diferencias entre Estados Unidos y sus socios volvieron a quedar de manifiesto en esta reunión.
Francia y el Reino Unidos insisten con actuar a nivel global con este tipo de impuesto, y ya lo han introducido a nivel nacional, mientras que la administración del Presidente estadounidense Donald Trump tiene otra opinión.
"Debo decir que Estados Unidos tiene preocupaciones importantes" sobre estos impuestos, afirmó el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, dando "crédito" de todos modos a esos países porque "crearon la urgencia de tratar la cuestión".
"Aunque no me gustan, aprecio el ímpetu por estas cuestiones", señaló.
Estados Unidos, México y China
Más que este impuesto a los gigantes de internet, la preocupación de los ministros y banqueros reunidos en Fukuoka estuvo centrada en las guerras comerciales en marcha, entre Estados Unidos con China por un lado y México por otro.
Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), los aranceles impuestos por Washington y Beijing, incluyendo los que están en vigencia desde el año pasado, podrían reducir el PIB mundial en 0,5% en 2020.
Antes de la reunión del G20, la directora general FMI, Christine Lagarde hizo de este tema la "prioridad absoluta", pidiendo a los países miembros que mantengan una política monetaria que apoye la actividad económica.
"La principal amenaza" para la economía mundial "viene de las persistentes tensiones comerciales", declaró este domingo Lagarde al final del encuentro, hablando de "tímidas señales de estabilización" en una "ruta" que "sigue siendo precaria".
Frente a esta advertencia sobre el impacto de la guerra comercial en la economía global, Estados Unidos cree en cambio que, si su ofensiva contra China termina en un acuerdo, sería positivo para todo el mundo.
"Sí, hay una ralentización en Europa, en China y en otras partes. Pero no pienso para nada que esta ralentización observada en varias regiones del mundo sea una consecuencia de las tensiones comerciales", dijo Mnuchin el sábado a los periodistas.
Y si Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, consiguen llegar a un común acuerdo en el G20 previsto a finales de junio en Osaka, "será muy positivo para el crecimiento económico, para nosotros, para China, para Europa, para el resto del mundo".
El ministro japonés Taro Aso, quien presidió la reunión, advirtió por su parte sobre una "erosión de la confianza de los mercados si la incertidumbre persiste" en las negociaciones entre las dos potencias mundiales.
Su homólogo francés, Bruno Le Maire, fue más lejos todavía: "el riesgo de ver esta ralentización económica mundial transformarse en crisis económica mundial debido a las tensiones comerciales, es un riesgo real y cada uno tiene que sopesarlo", declaró a la AFP.
"Una guerra comercial tendrá sobre nuestra economía, nuestra vida cotidiana, nuestros empleos un impacto directo negativo que nosotros queremos evitar absolutamente", insistió.
Los principales bancos centrales, como la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Japón (BoJ), están en alerta, dispuestos a actuar si es necesario, incluso si sus márgenes de maniobra son limitados, después de haber desplegado grandes medios desde la crisis financiera de hace una década.