Cientos de miles de mujeres participaron este viernes en una huelga en Suiza para mostrar que a este país, pese a su fama de próspero y moderno, le falta mucho para ser igualitario y que ahí también se padecen problemas como la brecha salarial, el acoso laboral y la violencia de género.
Las mujeres suizas celebran esta huelga
cada 14 de junio, en conmemoración de la fecha en la que el principio de igualdad entre hombres y mujeres se incorporó a la Constitución federal (1981), pero la participación en los primeros años fue modesta.
Este año, en cambio, la movilización es inédita, alentada por el #MeToo y otros movimientos proigualdad de género, por lo que la concentración fue masiva e histórica en un país que no está acostumbrado a este tipo de manifestaciones.
La movilización empezó en Lausana por la noche, donde varias mujeres hicieron sonar las campanas de la catedral, iluminada de rosa. Unas 500 personas bloquearon los principales puentes de la ciudad y organizaron desayunos.
Del mismo modo, en Zurich, la capital financiera y la ciudad más grande del país, decenas de miles de manifestantes bloquearon calles, silbaron y golpearon ollas y sartenes. "Hombres, vayan a planchar", decía un cartel.
"No se trata solo de salarios. La igualdad de oportunidades no existe. Al menos para la próxima generación tiene que existir", dijo Karin Rykart, concejal de la ciudad, mientras cientos de trabajadores municipales y policías se manifestaban.
En Berna, por su parte, los diputados interrumpieron simbólicamente sus debates durante 15 minutos. Muchos parlamentarios lucían pins feministas o ropa de color violeta, como la ministra de Defensa, Viola Amherd.
En algunas localidades, los jardines infantiles y salas cuna estaban cerrados y las escuelas funcionaban con los servicios mínimos.
"Más tiempo, más dinero y respeto"
Bajo el lema "más tiempo, más dinero y respeto", la manifestación, considerada "ilícita" por la Unión Patronal, se celebra casi tres décadas después de aquel 14 de junio de 1991 cuando medio millón de mujeres abandonaron sus puestos de trabajo para salir a denunciar las desigualdades entre géneros.
20% menos que los hombres ganan las mujeres en Suiza
Hacía 10 años que se había introducido en la Constitución suiza la igualdad entre sexos, y las mujeres denunciaron entonces la ausencia de medidas concretas y la desigualdad salarial. Esas protestas desencadenaron en
la ley de igualdad laboral, que entró en vigor en 1996.
Siguiendo la estela del #MeToo, la nueva generación de mujeres continúa el combate iniciado hace tres décadas para conseguir la igualdad salarial, que está lejos de ser una realidad.
En promedio, las mujeres todavía ganan un 20% menos que los hombres en Suiza. Y la brecha salarial entre hombres y mujeres con la misma cualificación es de casi 8%, según la oficina nacional de estadísticas. A eso se suma que el 60 % de los trabajos no remunerados (limpieza o cuidado de niños y ancianos) recae en las mujeres, en un país donde el número de guarderías es insuficiente frente a la demanda y los niños hasta los ocho años no van a la escuela los miércoles (sólo acuden cuatro días por semana).
En cifras, ante la llegada de un hijo el 11,4 % de padres trabaja a tiempo parcial, frente al 80,6 % de madres, denuncia el diario suizo Le Temps. Esta situación durante la vida laboral repercute a la edad de la jubilación, por lo que actualmente a las mujeres sólo les corresponde una tercera parte de los fondos de pensiones.
"No se trata solo de salarios. La igualdad de oportunidades no existe. Al menos para la próxima generación tiene que existir"
Karin Rykart
Asimismo, aunque el Gobierno federal suizo afirma buscar la paridad, la participación de las mujeres en puestos políticos es del 28,9 %.
Con todo, incluso aquí hay quien arquea las cejas y duda de que sea necesaria esta huelga en el país símbolo del pacifismo, además de ser uno de los más democráticos del mundo, donde cada tres meses se vota en referéndum todo tipo de decisiones gubernamentales desde el nivel federal hasta el local.
Sin embargo, Suiza también es un país muy conservador, como lo evidencia el hecho de que a las mujeres se les reconoció el derecho al voto y a ser elegidas apenas en 1971, en un referéndum en el que ocho de los 26 cantones que conforman el país votaron en contra, mientras que la despenalización del aborto tardó otros 31 años.
La huelga también reivindica el respeto a la mujer, en un país donde, según Amnistía Internacional, una fallece a manos de su pareja o ex pareja cada dos semanas, y una de cada cinco dice haber sufrido comentarios sexistas, acoso y otros tipos de violencia machista.
Otras injusticias que quiere recordar el paro de hoy son hechos como que una de cada siete mujeres en Suiza pierde su trabajo tras regresar de una licencia de maternidad o que el Código Penal únicamente reconoce como violación aquella violencia sexual en la que hay penetración, dejando de lado otros tipos de agresiones.