En 1945 y con 50 años, el coronel Perón comenzaba a despuntar como vicepresidente, ministro de guerra y secretario de Trabajo y Previsión de la dictadura que en ese momento gobernaba Argentina.
Su trabajo por la ampliación de los derechos sociales y laborales y su engolado discurso le acercaron a las clases más humildes del país, hasta que, en medio de su creciente popularidad, el 12 de octubre fue detenido por sus opositores militares en la Isla Martín García.
Cinco días después, miles de obreros de todo el país se movilizaron a la Plaza de Mayo de Buenos Aires para exigir su liberación. La cúpula del régimen, presionada por las masas, decidió ponerlo en libertad y pactó con él que hablaría a los manifestantes desde el balcón de la Casa Rosada para tranquilizarlos.
Así fue. Y el 17 de octubre de 1945 es considerado el nacimiento del movimiento. El día de la "Lealtad Peronista".
Engrandecido, y al tiempo que empezaban a crecer los sectores que lo miraban con recelo, Perón decidió lanzarse a la carrera electoral para los comicios de 1946 con el Partido Laborista, primer nombre institucional del movimiento. El actual, Partido Justicialista, se remonta a 1971.
Sus dos primeros mandatos (1946-1955) se caracterizaron, además de por su gran personalismo y el culto del pueblo a su figura, por su mirada hacia los más desfavorecidos y un exacerbado nacionalismo económico, en tiempos en que Argentina era uno de los países con mayor renta per cápita pero con una gran desigualdad.
Mención aparte merece Evita, la "abanderada de los humildes", quien impulsó un sinfín de medidas sociales desde su Fundación y dio el empujón definitivo para aprobar el sufragio femenino en las elecciones de 1952, para las que votó desde la cama del hospital, poco antes de fallecer de un cáncer de útero.
El final de Eva fue el principio del fin de la segunda presidencia de Perón, quien en 1955 fue derrocado por un golpe militar que le llevó al exilio y dictó una prohibición del peronismo que duró casi dos décadas. En 1973, anciano y enfermo, el viejo líder pudo retornar a su país de forma definitiva y volvió a ganar las elecciones, en una época marcada por la maltrecha economía y la violencia de los grupos guerrilleros.
El 1 de julio de 1974, su muerte precipitó el ascenso a la jefatura de Estado de su tercera esposa y hasta ese momento vicepresidenta, María Estela Martínez, que se vio incapaz de controlar la difícil situación del país.
Los militares volvieron a aparecer y en 1976 dieron un golpe de Estado que desencadenó en la más sangrienta dictadura del país.
Tras la vuelta de la democracia en 1983 y con la conformación de diversas alianzas, el peronismo triunfó en cinco elecciones presidenciales: con el liderazgo de Carlos Menem (1989 y 1995), Néstor Kirchner (2003) y Cristina Fernández (2007 y 2011).
Mientras el primero llevó adelante una apertura económica y comercial y de privatizaciones de las empresas públicas más ubicada en la centroderecha, el matrimonio Kirchner hizo todo lo contrario.
Fomentaron el proteccionismo, expropiaron las sociedades que se habían vendido y promovieron una política de derechos humanos que incluyó anular los indultos con los que Menem había favorecido a los militares de la dictadura que cometieron crímenes de lesa humanidad.
También gobernaron, en forma provisional, los peronistas Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Caamaño en 2001 por la renuncia del presidente radical Fernando De la Rúa en medio de la crisis del llamado 'corralito', y Eduardo Duhalde en 2002 y 2003 hasta que se celebraron nuevas elecciones.
Si bien el Partido Justicialista(PJ) sigue siendo la formación institucional del peronismo, existen diversas agrupaciones y frentes que se adhieren a ese movimiento, principalmente integrados por miembros del PJ que decidieron emprender otros caminos por diferencias con la dirección partidaria del momento.
Según explica el partido en su página web, en la actualidad se integra de sindicatos, movimientos sociales, organizaciones de base y otros agrupamientos y las ideas que el peronismo impulsa se resumen en tres "banderas": la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.
Pero también los "ideales peronistas" reflejan valores como la organización de los trabajadores para defender sus derechos, la solidaridad en el financiamiento de las protecciones sociales, la promoción de la industria nacional o la equidad en el acceso a servicios públicos.
Tras la derrota electoral en 2015 de Daniel Scioli, elegido por Fernández como su candidato a la Presidencia -al impedirle a ella la ley optar a una nueva reelección-, el peronismo entró en una crisis y se acentuaron las divisiones.
En todo este tiempo, la figura de Fernández, que logró un escaño en el Senado en 2017 y está acusada en varias causas de corrupción, ha generado gran rechazo entre buena parte de los sectores peronistas, los considerados no kirchneristas, aunque ha mantenido a una militancia fiel a su figura.
En octubre próximo hay elecciones presidenciales y de nuevo el peronismo marcará el tablero de juego, aunque esta vez dividido en tres grandes sectores.
El de la ex Mandataria, que se postula ahora a vicepresidenta; el del ex ministro Roberto Lavagna, que no quiere ni oír hablar de ella; y el de la sorprendente fórmula que encabeza el no peronista Mauricio Macri, actual presidente, junto al jefe del Partido Justicialista en el Senado, Miguel Ángel Pichetto.