El secretario de Energía de Argentina dijo que en algún punto a lo largo del cable de transmisión entre las centrales hidroeléctricas de Yacyretá, de gestión argentino-paraguaya, y Salto Grande, argentino-uruguaya, la línea estaba dañada o simplemente no pudo manejar la carga eléctrica. Las plantas siguieron generando energía y fue demasiada cantidad en esa parte de la red. Eso provocó una sobrecarga, que disparó los circuitos que protegen a los generadores, apagándolos. Esto dejó el sistema sin suficiente electricidad para alcanzar la demanda y, pese a ser un domingo, en que el uso suele ser más bajo, otros generadores no tenían suficiente capacidad para resolver la deficiencia, disparando los circuitos de protección en el resto de las centrales y apagando así todo el sistema interconectado.
La falla significó un corte masivo en Argentina, Uruguay y partes de Paraguay. Algunos expertos ponen como posibles causas que la rama de un árbol afectado un cable o que el golpe de un relámpago haya dañado equipamiento crítico.
El Gobierno argentino encargó un informe oficial a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), que debe estar listo en 15 días, con la perspectiva de esclarecer los motivos del apagón. Se deben analizar los miles de datos informáticos provenientes de diferentes puntos del sistema de interconexión eléctrica del país, de unos 13.000 kilómetros de red.
Sí. Las redes eléctricas pueden ser programadas para detectar sobretensiones y desviar la energía a otras líneas, para evitar que se disparen los circuitos que protegen los generadores. Si los circuitos son alterados y los generadores se apagan, los sistemas deberían provocar apagones en zonas acotadas para lidiar con la carencia energética y evitar que el problema se expanda. Cuando ocurre una falla en un cable "intentas aislarla y no permitir que se expanda", dice Alan Mantooth, director del Centro Nacional para la Transmisión Segura de Energía Eléctrica en EE.UU. y profesor de ingeniería eléctrica en la Universidad de Arkansas.
La mayoría de los sistemas tiene sensores para detectar sobretensiones o bajas de voltaje, además de software que puede apagar generadores o redirigir la electricidad. Sin embargo, Argentina no habría actuado con suficiente rapidez. "Si el sistema automático hubiese funcionado de forma correcta, no estaríamos hablando de esto", aseguró Daniel Montamat, ex secretario de Energía argentino.
Si bien autoridades argentinas no lo han descartado por completo, parece ser muy poco probable. Las centrales eléctricas o los sensores diseñados para apagar ciertas partes del sistema para manejar la tensión, son potencialmente hackeables, pero un ataque de ese tipo tendría que causar una serie de problemas simultáneos. Los hackers tendrían que conocer cómo opera todo el sistema, lo cual es difícil, asegura Raúl Bertero, presidente del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE) en Argentina.
Los cortes pueden ser causados por condiciones climáticas, como ocurrió con el devastador huracán en Puerto Rico; ciberataques, como el que aconteció en Ucrania; o por problemas en los equipos, como también ha pasado en Estados Unidos, según afirma Susan Tierney, experta en políticas energéticas en la firma consultora estadounidense Analysis Group. También pueden detonarse con ataques que apunten a equipamiento crítico.
Si bien Brasil no sufrió en esta ocasión, un corte similar ocurrió en sus fronteras y dejó a más de 60 millones de personas en la oscuridad en 2009. Tres meses atrás, Venezuela sufrió su peor corte energético que dejó algunas zonas incluso días sin luz.
Se requiere una mejor coordinación entre las empresas eléctricas para detectar problemas y aislarlos; capacitación para operadores de las centrales, además de mejoras en los softwares y sensores. "Puede que nunca haya pasado algo tan instructivo para los operadores de la red como lo que ocurrió ahora", dice Tierney.
Por su parte, las autoridades energéticas argentinas dicen que el sistema actual es "robusto". Desde que Mauricio Macri asumió la presidencia en 2015, se cortaron los subsidios energéticos y el congelamiento de precios que existían, aduciendo que éstos habían dejado a la industria energética improductiva y debilitaron la red. Si bien con nuevos recursos los cortes se hicieron menos comunes, Macri también ha enfrentado protestas por el alza de costos en los servicios públicos.