"Sus vidas son más importantes que cualquier juego político" fue la justificación de la alemana que comanda el Sea-Watch 3, perteneciente a la ONG alemana del mismo nombre. La embarcación llevaba 14 días a la deriva con los rescatados, esperando a que una autoridad le asignara un puerto. "Los migrantes están desesperados. Algunos amenazan con huelgas de hambre" y otros plantean "tirarse al mar o cortarse la piel".
La alemana, que enfiló rumbo a Lampedusa, al sur de Italia, llamó la atención del mundo con su accionar, ya que se produce en medio de la escalada de la crisis migratoria en varias regiones del planeta, donde varias personas han fallecido intentando conseguir mejores condiciones de vida.
"Obligación moral"
Rackete, una joven alemana de 31 años, se apresta como la imagen que desafía la política antiinmigratoria del ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini. De todos modos, su ímpetu no es nuevo y la experiencia que ha recogido en varios viajes le ha permitido ser testigo de varias crisis humanitarias.
"Mi vida fue fácil, pude asistir a tres universidad y a los 23 años me gradué. Soy blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte correcto", dijo la capitana a La Reppublica quien, además, aseguró que "cuando me di cuenta de esto, sentí la obligación moral de ayudar a los que no tuvieron las mismas oportunidades".
"Mi vida fue fácil, pude asistir a tres universidad y a los 23 años me gradué. Soy blanca, alemana, nacida en un país rico y con el pasaporte correcto"
Carola Rackete
Agregó que "durante mi viaje al extranjero, en América del Sur, conocí culturas y pueblos diferentes a los nuestros y cuando estás allí, a menos de que seas ciego, no puedes dejar de notar la injusticia y desigualdad que nos rodea".
Como constató Efe, Rackete se licenció en Ciencias Náuticas por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Jade y cuenta con un máster en Conservación del Medioambiente por la Universidad de Edge Hill del Reino Unido. Junto a esto, tiene un certificado de primer oficial de cubierta por la Oficina Federal de Navegación e Hidrografía de Alemania.
Viajera y protectora del medioambiente, a sus 23 años trabajó en un rompehielos en el Ártico; en 2015 fue segunda oficial del Arctic Sunrise de Greenpeace, y desde 2016 colabora con la ONG Sea Watch, que le permitió trabajar en las aguas del Mediterráneo, por donde miles de migrantes buscan llegar desde África a Europa.
Estricta política italiana
El "Decreto seguridad bis" de Salvini es la gran traba que enfrentan los migrantes que intentan arribar a Italia, e incluso, para quienes residen. La ley, que comenzó a funcionar este año, establece mayores poderes al Ministerio del Interior en temas de navegación como multas para barcos clandestinos que no respeten las regulaciones y otras duras sanciones.
En el decreto, los castigos económicos rondan entre los 10.000 a los 50.000 euros (entre 11.000 y 56.000 dólares) para las distintas ONGs que intenten llevar a migrantes a sus costas. Asimismo, aumenta los requerimientos para los extranjeros que buscan asilo y facilita su expulsión.
Rackete sabe que al llegar a Lampedusa será acusada de favorecer la inmigración clandestina, que será multada y que el Sea-Watch 3 será confiscado. "Pero soy responsable de las 42 personas que he recuperado del mar y que ya no pueden soportarlo más ¿Cuántos abusos más tiene que soportar?".
La polémica está instalada en Italia. Salvini, consultado esta semana por la situación de la tripulación, dejo que ellos podrían quedarse hasta "Navidad" en aguas internacionales. "No desembarca ninguno, me han tocado las pelotas", dijo en un video de Facebook, reafirmando sus convicciones antimigratorias.
Además, el líder de la Liga, dice que los Países Bajos son "responsables" de lo que ocurra con estas personas, ya que la embarcación tiene su bandera. "¿La Unión Europea quiere resolver el problema del Sea Watch? Fácil, Barco holandés, ONG alemana: la mitad de los migrantes a Ámsterdam, la otra a Berlín. Y secuestro de la nave".
El 12 de junio de este año, el Sea-Watch 3 rescató a 53 personas, la mayoría de ellos de Libia, pero en el transcurso varios de ellos debieron bajar por complicaciones en su salud. Ahora, Rackete -que podría enfrentar 15 años de prisión- y sus tripulantes se encuentran bloqueados frente a la isla de Lampedusa con un futuro incierto, frenando la ilusión de los viajeros. "Estoy lista para ir a la cárcel por ello", dijo la capitana.