Presidentes, jefes de Gobierno y líderes mundiales comenzaron este jueves a llegar a Osaka, un día antes de la nueva cumbre del grupo de las 20 mayores economías del mundo. Precisamente porque albergará a los hombres y mujeres más poderosos del planeta, es que la ciudad japonesa quiere dar la mejor imagen de sí misma.
Para ello, no solo el Gobierno se ha preparado con el despliegue de un importante contingente de seguridad, si no que los propios comerciantes han tomado medidas para favorecer el rostro de la ciudad, como por ejemplo, el cierre voluntario de los prostíbulos en su conocido distrito rojo.
Apoyo ciudadano a la cumbre
Los residentes de Osaka, la segunda ciudad más poblada de Japón, tienen fama de ser abiertos, con una gastronomía destacada y, a diferencia del resto del país, con sentido del humor. Esta semana, quieren demostrarlo al mundo.
Las reuniones tendrán lugar en un
centro de convenciones ubicado en una isla de la bahía de Osaka, aunque algunas personalidades, como el Presidente estadounidense, Donald Trump, se alojarán en hoteles situados en otras partes de la ciudad.
Aún cuando muchos comercios cercanos a esta zona permanecerán cerrados durante el encuentro, muchos de los restaurantes de otros sectores de la metrópoli no quisieron perder la oportunidad de ofrecer sus mejores platos a los visitantes. Un ejemplo es el conocido takoyaki, una especie de albóndiga a base de pulpo.
Actores y humoristas locales también dieron divertidas bienvenidas a los turistas, como el conocido grupo local Obachaaan, formado por mujeres de 70 años, que publicó un video de rap explicando en inglés, y con mucho humor, la cultura de la ciudad.
Incluso la industria del sexo decidió voluntariamente cerrar las puertas de sus locales en el conocido distrito rojo de la ciudad, algo que no ocurría desde 1989, cuando murió el emperador Hirohito.
Así, los 159 establecimientos del distrito de Tobita-Shinchi estarán cerrados durante la cumbre. "Queríamos dar apoyo al G20 a nuestra manera", dijo el responsable de la asociación del distrito, que no quiso ser identificado. "Esta medida no será beneficiosa para nosotros. Pero si de alguna manera beneficia a Osaka en su conjunto, será bueno, estoy seguro", añadió.
Antes del cierre previsto, el viernes y el sábado, los establecimientos ya pusieron cortinas en sus entradas para que no se vea la actividad dentro de los locales desde la calle.
Medidas de seguridad
Los organizadores, por su parte, también se han esmerado en no olvidar ningún detalle. Incluso instalaron los últimos modelos de los mundialmente conocidos retretes japoneses, que ofrecen música, regulador de temperatura y diversos tipos de chorros de agua para todos los gustos. De hecho, las delegaciones dispondrán de nuevos modelos con tiempo de rellenado reducido (solo 20 segundos) y que gastan menos agua, para reafirmar el mensaje ecologista que quiere dar el país.
"Esta será la mayor cumbre que Japón haya organizado jamás"
Yoshihide Suga, secretario del gabinete del gobierno
Pero además, el Gobierno de Japón, uno de los países con menos crímenes violentos del mundo, no ha escatimado en reforzar la seguridad antiterrorista de cara al evento. Según datos oficiales, la
vigilancia estará a cargo de unos 32.000 efectivos y junto a ellos se han desplegado 60 barcos guardacostas y más de mil oficiales de marina.
Nunca antes en su historia, Osaka, con más de 19 millones de habitantes, había soportado unas medidas de seguridad tan estrictas.
"Esta será la mayor cumbre que Japón haya organizado jamás", dijo el secretario del gabinete del gobierno, Yoshihide Suga, a los responsables locales y al personal de seguridad que vigilan el centro de convenciones Intex, donde se reunirán los líderes mundiales. "Es de suma importancia que mantengamos la seguridad tanto en la tierra como en el mar", aseguró.
Estos preparativos, no obstante, también han provocado algunas molestias para los ciudadanos. Las autoridades han bloqueado la circulación en las grandes avenidas, para dejar paso libre a las comitivas, y han advertido que durante la cumbre habrá retrasos "a gran escala y de larga duración".
32.000 efectivos policiales estarán a cargo de la seguridad
De hecho, carteles en el metro de Osaka recomiendan a los ciudadanos que estos días eviten el uso de vehículos privados y que limiten también sus desplazamientos, optando por el transporte público si es preciso.
También se prohibió el uso de drones y, como medidas aún más estrictas, en muchos puntos de la ciudad los basureros serán sellados y se inhabilitarán los casilleros públicos, muy usados por los japoneses en cualquier punto del país.
Los que sí estarán contentos, al revés de los automovilistas, serán los niños. Debido a la congestión, centenares de escuelas de la ciudad permanecerán cerradas este jueves y el viernes.
