Una Angela Merkel bastante temblorosa en dos actos públicos abrió las alarmas en Alemania. Desde entonces, las dudas sobre el real estado de salud de la mujer más poderosa del mundo abundan, y las respuestas, por el momento, escasean.
"Cuando Merkel tiembla, los buitres se arremolinan. Ella puede ignorar sus graznidos. Pero las preguntas sobre su salud son legítimas", escribe el diario conservador Frankfurter Allgemeine.
Después de sufrir temblores de pies a cabeza cuando recibió al nuevo Presidente ucraniano la semana pasada, la Canciller alemana intentó tranquilizar a la opinión pública, asegurando que se encontraba muy bien tras tomar tres vasos de agua.
Pero este 27 de junio, Angela Merkel tuvo una nueva crisis de temblores, esta vez menos violenta. Rechazó un vaso de agua que se le estaba entregando, y sus síntomas desaparecieron al desplazarse.
Su vocero, Steffen Seibert, buscó de nuevo calmar los ánimos: "La Canciller está bien, está volando a Osaka como estaba previsto para el G20", declaró. Y este viernes, Martina Fietz, portavoz adjunta del Ejecutivo, afirmó en rueda de prensa que las imágenes que se pueden ver de Osaka "muestran a una Canciller totalmente activa y sana que cumple con su trabajo y con todos los encuentros agendados".
La prensa alemana no sabe qué pensar
"¿Qué tan enferma está la Canciller?", pregunta el popular periódico Bild. "Se trata de deshidratación o hipoglucemia, como la última vez", añade, aunque también entrevistó a tres médicos que dieron unos diez diagnósticos, desde fatiga hasta esclerosis múltiple.
Por su parte, el diario berlinés Der Tagesspiegel recuerda que casi todos los predecesores de Angela Merkel, como Helmut Kohl, Konrad Adenauer o Willy Brandt, tenían graves problemas de salud que ocultaban a menudo al público. Der Tagesspiegel afirma que Merkel suele tener una salud de hierro, y que los medios de comunicación tienden a preocuparse demasiado cuando está cansada.
El conservador Die Welt exige transparencia: "Porque cuando estas cosas se vuelven públicas, surge inmediatamente la pregunta: ¿quién gobierna realmente? ¿Quién se beneficia de esta debilidad? ", denuncia el diario, mencionando una posible "dimisión", que sin embargo no sería deseable en un futuro cercano.
Las preguntas permanecen. ¿Está Angela Merkel, que cumplirá 65 años el próximo 17 de julio, simplemente sobrecargada de trabajo? ¿O los temblores tienen otro origen? En la prensa, un médico afirma que le desaconsejó viajar a Japón y ordenó exámenes exhaustivos.
En noviembre de 2016, cuando anunció que se postularía de nuevo para un último mandato, Angela Merkel precisó: "Si mi salud lo permite".