El Presidente de El Salvador,
Nayib Bukele, asumió la responsabilidad de su país por la
muerte de un padre y su hija salvadoreños, quienes se ahogaron la semana pasada al intentar cruzar a Estados Unidos por la frontera con México.
"La gente no huye de sus hogares porque quiere, la gente huye de sus hogares porque siente que tiene que hacerlo. ¿Por qué? Porque no tienen trabajo, porque están amenazados por las pandillas, porque no tienen cosas básicas como agua, educación, salud", dijo Bukele en conversación con la BBC.
El Mandatario reaccionó así al debate desatado tras el trágico suceso que conmocionó al mundo, luego de que se diera a conocer una cruda fotografía de los cuerpos boca abajo del hombre y su pequeña, de tan solo 23 meses, en las orillas del lado mexicano del Río Bravo.
"No podemos echarle la culpa a ningún otro país, nosotros tenemos la culpa. Quiero decir, ¿De qué país están huyendo? ¿Están huyendo de EE.UU.? Están huyendo de El Salvador, de nuestro país.
La culpa es nuestra", aseveró Bukele.
El nuevo Mandatario, que lleva un mes en el cargo, defendió la migración como un "derecho" del ser humano, pero admitió que para algunas personas se ha transformado más en una "obligación".
"Creo que la migración es un derecho, pero debería ser una opción, no una obligación. Y ahora mismo es una obligación para mucha gente", sostuvo.
En ese sentido, aunque el Mandatario condenó el trato que países como EE.UU. y México le dan a quienes deciden migrar por sus fronteras, llamó a concentrarse en la forma de hacer que "El Salvador sea un mejor país, un lugar del que nadie tenga que migrar".
Tras la muerte de los dos salvadoreños, la migración de cientos de centroamericanos hacia EE.UU. ha vuelto a llamar la atención de la comunidad internacional.
"Creo que la migración es un derecho, pero debería ser una opción, no una obligación. Y ahora mismo es una obligación para mucha gente"
Nayib Bukele, Presidente de El Salvador
La Administración de
Donald Trump blindó la frontera con México y, mediante amenazas de aranceles, logró que su homólogo mexicano,
Andrés Manuel López Obrador, hiciera lo mismo con la frontera guatemalteca, ruta por la que cruzan gran parte de los migrantes irregulares provenientes de El Salvador, Honduras y la propia Guatemala.
Naciones Unidas y las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos abogaron por una migración ordenada y advirtieron que el cierre de las fronteras solo servirá para que quienes huyen de la violencia y pobreza sigan arriesgando sus vidas a través de pasos ilegales.