La policía antidisturbios de Hong Kong retomó en la madrugada del martes (mediodía del lunes en Chile) el control del Parlamento local asaltado tres horas antes por manifestantes, en una jornada de caos sin precedentes que coincidió con el 22º aniversario de la cesión de la ex colonia británica a China.
Los protestantes que tomaron el Parlamento el lunes por la noche huyeron antes que la policía ingresara y mientras las unidades antimotines lanzaban gases lacrimógenos contra otros grupos que se encontraban en las adyacencias.
Los manifestantes antigobierno ocuparon el principal recinto del Parlamento, hicieron rayados en sus paredes y desplegaron una bandera de la época colonial británica en el podio.
Decenas de personas enmascaradas irrumpieron en los recintos tras abrirse paso en el edificio rompiendo ventanas de vidrio, cantando consignas y pintando de negro el escudo de la ciudad.
En medio de esta situación inédita para la habitualmente calmada Hong Kong, la policía advirtió que pasada la medianoche se aprestaba a recuperar el control del edificio con el uso de la fuerza en caso de ser necesario.
El Parlamento ha sido el foco de las manifestaciones de las últimas semanas contra un proyecto de ley del gobierno para autorizar las extradiciones a China continental.
Las marchas reflejan el temor de los habitantes de Hong Kong ante la creciente influencia del Gobierno de China con la ayuda de líderes del mundo de las finanzas en la ciudad.
El Reino Unido manifestó este lunes su apoyo "indefectible" a las libertades de Hong Kong.
Por su lado, la Unión Europea (UE) llamó a "evitar la escalada" y a un diálogo. "Las acciones de hoy por parte de un pequeño número de personas no son representativas de la gran mayoría de los manifestantes, que han sido pacíficos" hasta ahora, escribió en un comunicado una vocera de la jefa de la diplomacia de la UE Federica Mogherini.
Ya desde temprano, en la madrugada del lunes, grupos de jóvenes encapuchados ocuparon y bloquearon las tres principales arterias de Hong Kong con barreras metálicas.
Poco antes de la tradicional ceremonia de izamiento de las banderas de China y Hong Kong por el aniversario de la retrocesión del 1 de julio de 1997, la policía cargó contra los manifestantes. Un manifestante sangraba en la cabeza.
"Cuando escuché que había enfrentamientos afuera (del Parlamento) realmente me preocupé", declaró Amy Siu, una contadora de 37 años que participa en la manifestación. "Me preocupo por la seguridad de esos jóvenes. Espero que sean racionales", confió a la AFP.