Son 889 páginas de capturas de pantalla de una conversación por Telegram llena de burlas, insultos, comentarios homofóbicos y misóginos, las que han empujado al gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, al borde del abismo político.
Desde el sábado recién pasado, la filtración del chat, del que participaba junto a miembros de su administración, ha desatado masivas protestas y campañas para pedir su renuncia al poder. Pese a su petición pública de perdón, las manifestaciones no cesaron y anoche alcanzaron su punto álgido con enfrentamientos entre civiles y agentes policiales.
Sin embargo, el caso conocido como "Telegramgate" es solo el último evento de una serie de escándalos, polémicas y crisis que han afectado la credibilidad y legitimidad del político de 40 años, y que hoy lo mantienen ad portas de una salida forzada.
Heredero político
Ricardo Rosselló Nevares nació en la capital San Juan, en el seno de una familia conservadora y de clase económica alta. Es hijo de Pedro Rosselló, quien gobernó Puerto Rico entre 1993 y 2001, y una de las autoridades más recordadas de la política de la isla. Aún cuando su mandato concluyó con al menos 40 funcionarios y contratistas de gobierno acusados de corrupción. Algunos de ellos presos.
Bioingeniero y neurobiólogo, Ricardo cursó sus primeros estudios universitarios en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), aunque luego continuaría su carrera académica en la Universidad de Michigan y en la Universidad de Duke. Se dedicó por algunos años a la investigación y también indagó en el mundo de los negocios, creando una empresa de diseño de nuevos métodos de encuestas de opinión pública.
Incursionó por primera vez en la política a los 25 años, trabajando en la tercera campaña de su padre para la gobernación. Ya en 2008 ingresó de lleno al Partido Nuevo Progresista (PNP), donde milita también su progenitor, y en 2012 se consolidó como defensor de la idea estadidad - hacer de Puerto Rico un estado de EE.UU.-, creando su propio movimiento político.
Su vida política también ha estado vinculada al Partido Demócrata estadounidense, en particular porque su padre fue un estrecho colaborador del ex Presidente Bill Clinton, cuando ambos estaban en el poder. Esta amistad la heredó Ricardo, quien trabajó para campañas del partido y entregó públicamente su apoyo a la candidatura de Hillary Clinton por la presidencia, en 2016.
Al mismo tiempo que la ex secretaria de Estado de EE.UU. competía por la Casa Blanca, Rosselló lo hacía por la gobernación. El 8 de junio de 2016 ganó las primarias del PNP y el 8 de noviembre, con solo 37 años, Rosselló se quedó con el liderazgo de Puerto Rico. Ese mismo día, Donald Trump se adjudicó la presidencia estadounidense.
Escándalos
La primera polémica de Rosselló salió a la luz durante su campaña a gobernador. En medio de la guerra partidaria, surgieron algunas versiones que lo responsabilizaron por la muerte de una abogada y su hijo de 11 años en un accidente de tránsito. Según recuerda el portal Vanitatis, Rosselló habría estado al volante del vehículo que protagonizó el accidente, pese a que solo tenía 15 años – en Puerto Rico la edad mínima para conducir es de 16. Ante esta situación, asegura el medio, su primo asumió la responsabilidad de la tragedia.
Los rumores no lograron impedir que fuera investido el 2 de enero de 2017. Pero, desde entonces, los problemas solo empeorarían. Tres meses de asumido, su gobierno sufrió la primera baja: su entonces asesor legal, Alfonso Orona, fue llevado a juicio por provocar un accidente vehicular mientras conducía bajo los efectos del alcohol.
En septiembre del mismo año llegó el huracán María, que arrasó con los servicios básicos y viviendas de miles personas. Según un recuento de la Universidad George Washington, el evento meteorológico dejó casi 3.000 muertos. Para el Gobierno de Rosselló, solo 64 personas fallecieron.
Las críticas contra la gestión de Rosselló por la tragedia no tardaron en llegar: errores de comunicación, una tardía reacción ante la emergencia y la falta de preparación, fueron solo algunos de los cuestionamientos.
"Admito que cometí errores y que se podía haber hecho de otra manera", dijo el gobernador en agosto de 2018.
Desde la tormenta, se han cerrado cientos de escuelas para ahorrar dinero, y una gran variedad de servicios sociales y pensiones han sido recortados. "María despertó al pueblo y nos indignó como pueblo", afirmó a AP Ise Sonja, una joven de 28 años que hoy protesta en San Juan.
La caótica situación, propiciada además por el limitado envío de recursos por parte del Gobierno federal de EE.UU., llevó a Rosselló a convertirse en enemigo de Trump. En una entrevista con CNN en marzo, tildó al republicano de "hostigador" y lo amenazó con darle un "puñetazo en la boca" si es que se acercaba. En abril, Trump respondió catalogándolo a él y al resto de los políticos puertorriqueños de "incompetentes y corruptos".
El más reciente escándalo se desató el 10 de julio pasado, cuando un jurado federal acusó a dos ex funcionarias de su Gobierno de desviar fondos federales. Ahora, tras la revelación del también llamado "chatgate", el mismo Rosselló podría arriesgar cargos por recopilación ilegal de información, conspiración, amenazas, discriminación, incitación a la violencia y enriquecimiento ilícito.
En total 11 personeros del Ejecutivo han renunciado a su cargo en los últimos días. Rosselló se niega a hacerlo, argumentando que no ha hecho nada ilegal. Si decide permanecer en el poder, su mandato será extremadamente complejo: no tiene el apoyo de todos los legisladores de su partido y menos de la oposición. Y si mira hacia Washington, los demócratas le dieron la espalda y los republicanos no solo lo critican, sino que también podrían aprovechar la crisis para limitar aún más los recursos para la isla. "El gobernador está en estado de sitio", sentenció hoy Trump.