El buque retenido por Ucrania.
Reuters
Ucrania anunció este jueves haber retenido a un petrolero ruso en uno de sus puertos del mar Negro, por sospechas de estar vinculado con un incidente naval que enfrentó a los dos países a finales de 2018.
El petrolero participó, según Kiev, en la incautación por parte de Rusia de barcos militares ucranianos frente a las costas de Crimea en noviembre.
Llegó el miércoles al puerto ucraniano de Izmail, en la región de Odesa, donde fue retenido, indicaron los servicios de seguridad ucranianos en un comunicado.
"Un grupo de investigadores del SBU (...) registró el petrolero capturado", "requisó documentos" e "interrogó a los miembros de la tripulación", precisaba el comunicado, que añadía que Kiev prepara una orden judicial para incautar la embarcación.
"Si se trata de una toma de rehenes rusos, se considerará como una burda violación del Derecho internacional y las consecuencias no tardarán en llegar", advirtió el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, que afirmó que las autoridades rusas estaban examinando la situación para tomar las "medidas pertinentes".
A finales de noviembre, las autoridades rusas interceptaron tres buques de guerra ucranianos que trataban de penetrar en el mar de Azov, a caballo entre ambos países, por el estrecho de Kerch, que lo separa del mar Negro.
Fue el primer incidente armado directo entre ambos países, sumidos en una grave crisis desde 2014. Desde entonces, 24 marinos ucranianos están detenidos en Rusia.
Según el SBU, el petrolero
"Neyma" participó en el bloqueo de los barcos ucranianos al cortarles el paso en el estrecho de Kerch, antes de que Rusia los incautara. Después de eso, los propietarios -rusos- cambiaron el nombre del barco por el de "Nika Spirit" y así "esconder su implicación en este acto de agresión".
A finales de mayo, el Tribunal Marítimo Internacional de Hamburgo, en Alemania, instó a Moscú a liberar "inmediatamente" a esos militares. Pero el Kremlin se negó a hacerlo, descartando que esa corte fuese competente en el caso.
Kiev y Moscú están negociando su liberación, pero a mediados de julio la justicia rusa prorrogó por tres meses su detención.