Desde que
Donald Trump llegó a la
Casa Blanca -en enero de 2017- se trazó como objetivo principal controlar el número de inmigrantes que llegaban a
Estados Unidos y, para esto, el muro en la frontera con México ha sido, desde siempre, su idea para manejar esta situación. Pero esta vez, un sector con rejas que separa a ambos países, fue protagonista de una
acto de unión gracias a una ingeniosa obra.
El martes, personas de todas las edades y de distintas nacionalidades, notaron un cambio en la habitual separación entre la ciudad de El Paso, en Texas, con la mexicana ciudad de Juárez: tres balancines rosados estaban ubicados dentro de las rejas, para ser usados en ambos lados de la frontera.
Fue así que la idea, implementada por el profesor de Arquitectura de la Universidad de Berkeley Ronald Rael, acaparó la atención de los presentes y comenzó a ser utilizada, como lo muestran distintos videos e imágenes, por varios de los niños y adultos que llegaron al sector.
"El muro se convirtió literalmente en un punto de apoyo para las relaciones entre EE.UU. y México. Los niños y adultos se conectaron de manera significativa en ambos lados, representado cómo las acciones que tienen lugar en un lado, tienen consecuencias directas en el otro"
Ronald Rael
El evento, según G1, duró 40 minutos y su artífice señaló que no pidieron permiso para llevar a cabo este hecho. Además, agregó que ningún soldado fronterizo, estadounidense o mexicano, intentó detenerlo o llamarle la atención.
En su cuenta de Instagram, el docente señaló que "el muro se convirtió literalmente en un punto de apoyo para las relaciones entre EE.UU. y México. Los niños y adultos se conectaron de manera significativa en ambos lados, representando cómo las acciones que tienen lugar en un lado, tienen consecuencias directas en el otro".
Acto de unión
"(El video del acto) fue muy emocionante verlo, es muy conmovedor. En ese momento fue muy divertido", dijo Rael a G1 y aseguró que se cumplió el objetivo trazado. "Era como lo que queríamos: una forma de unir a las personas".
Además, el arquitecto, quien contó con el apoyo de la diseñadora Virginia San Fratello, contó que "la iniciativa fue una respuesta a pensar en cómo la frontera es un lugar donde hay un cierto grado de desigualdad y desequilibrio, tanto laboral como humanista".
El diseño de esta idea no fue menor, ya que los orquestadores estuvieron pensándola desde 2009, motivados luego de la aprobación de la "Ley del Cerco Seguro", que fue firmada en 2006 por el Gobierno de George W. Bush y que calificada por el ex Mandatario como un "paso importante hacia la reforma de inmigración" y que hará "nuestras fronteras más seguras".
"Nos gusta la idea de un balancín: cuando tomamos ciertas acciones por un lado, tienen consecuencias directas por el otro, al igual que en nuestras relaciones con nuestros vecinos", explicó Rael, quien además señaló que la construcción de barreras entre naciones "ha estado sucediendo por un tiempo" y no sólo desde que Trump llegó al poder.
Al mismo tiempo, el arquitecto explicó que el color rosado fue escogido por el contraste que se genera en la zona escogida.
"Las áreas fronterizas son áreas de contraste, y el rosado contrasta con la basura, el desierto, el metal. Es muy brillante, trae alegría", indicó, asegurando que no negaba realizar este evento en otro sector parecido.
