Una nueva jornada de protestas se vivió hoy en
Hong Kong, protagonizada por miles de ciudadanos manifestando su rechazo al proyecto de ley de extradición y su apoyo a reformas democráticas, durante un recorrido por algunas de las
arterias comerciales más importantes de la excolonia británica.
Las autoridades intentaron dispersar a las personas a través de
gas lacrimógeno que lanzaron contra los manifestantes en un popular distrito de la ciudad. Además, de tratar de alejar a una multitud que se juntó frente a una comisaría en el barrio de
Tsim Sha Tsui, zona comercial y turística.
Esta semana, Beijing y las autoridades detuvieron a una decena de personas, mientras el ejército chino anunciaba estar dispuesto a reprimir los altercados si era necesario. Sin embargo, los
manifestantes advirtieron nuevas protestas para los próximos días.
En
Mongkok, un suburbio densamente poblado que ya fue escenario de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, miles de personas salieron a las calles entonando eslóganes y llamando a los habitantes a unirse a la huelga del próximo lunes.
"
Cuanto más nos reprima el gobierno, más saldremos, hasta que respondan a nuestras reivindicaciones", declaró
Ah Kit, un manifestante de 36 años.
Paralelamente, también tuvo lugar hoy una manifestación progubernamental con miles de participantes, muchos de los cuales sostenían banderas chinas.
Para mañana domingo, hay
otras dos marchas organizadas, una en la isla de Hong Kong y la otra en el sector de Tseung Kwan O. Y el lunes está convocada una huelga general en toda la ciudad, además de manifestaciones en siete localidades.
La excolonia británica, que atraviesa la peor crisis desde su retrocesión en 1997, lleva
ocho fines de semanas consecutivos de movilizaciones masivas, seguidas en muchos casos de enfrentamientos entre pequeños grupos radicales y las fuerzas de seguridad.
El movimiento comenzó a partir de un
polémico proyecto de ley que preveía facilitar las extradiciones a China, sin embargo derivaron en un movimiento más amplio que reclama reformas democráticas que frenen la pérdida de libertades.
Cabe recordar que Hong Kong fue una colonia británica hasta que fue devuelta a China en 1997, bajo el marco
"un país, dos sistemas", ya que garantizaba el derecho a mantener su sistema social, legal y político por un período de 50 años. Es por esto que los ciudadanos del territorio semiautónomo pueden disfrutar de muchas más libertades que los habitantes de China continental.