Un fin de semana sangriento se vivió nuevamente en Estados Unidos: primero, en la ciudad fronteriza de El Paso, un joven dio muerte a 20 personas y dejó 26 heridas al interior de un centro comercial; y luego, en Dayton, un sujeto asesinó a otras 9 y dejó 16 lesionados, antes de ser abatido por la policía.
Dichos episodios vuelven a poner en la mesa el debate sobre la tenencia de armas en el país nortemaericano, debido a la recurrencia con que ocurren este tipo de tiroteos. Las imágenes ya se han vuelto repetitivas. Sin ir más lejos, en los cuatro días que van de agosto, 34 personas han muerto y 72 han resultado heridas en atentados de esta naturaleza.
La ONG Gun Violence Archive (GVA) se ha dedicado a registrar detalladamente cada uno de los ataques armados que se producen en Estados Unidos desde que comenzó a funcionar el 2013.
Su objetivo es documentar incidentes de violencia y crímenes armados en la nación norteamericana, basando su información en más de 6.500 fuentes, entre las que se encuentran policías, medios de comunicación y el propio gobierno.
Dentro de los incidentes que mide dicha corporación están los tiroteos masivos, es decir, que dejan como mínimo cuatro personas afectadas, ya sean muertas o lesionadas. Y los datos sobre estos sucesos son alarmantes: sólo este 2019 ya se han producido 254 balaceras grandes.
Según la ONG, estos episodios han dejado, hasta ahora, 275 víctimas fatales y 1080 heridos, en un año que ha sido especialmente violento en Estados Unidos.
De todas estos tiroteos, el que más daño generó fue el que ocurrió ayer sábado en Texas, donde un joven blanco de 21 años identificado como Patrick Crusius disparó sin contemplaciones al interior de un local de Walmart, en un presunto crimen de odio contra la comunidad latina.
El segundo gran atentado que ha ocurrido este año fue el que perpetró DeWayne Craddock el 31 de mayo en Virginia Beach, donde asesinó a 13 personas e hirió a otras 5 en un edificio municipal. Tercero se ubica el ataque armado ocurrido este domingo en Dayton.
El mes más sangriento de este 2019 ha sido mayo, donde 49 personas fallecieron y 219 terminaron con lesiones de diversa consideración. Después viene enero, con 45 muertos y 84 heridos.
Pero estos números están lejos de ser sorpresivos en Estados Unidos. De acuerdo a GVA, el 2014 ocurrieron 269 tiroteos masivos; el 2015 335; el 2016 381; el 2017 346; y el 2018 340 episodios de esta naturaleza.
Estos hechos tienen la discusión instalada en el país norteamericano sobre la posesión de armas de fuego. De hecho, desde el Partido Demócrata volvieron a pedir mayor control luego de las masacres ocurridas este fin de semana.