Estados Unidos se estremeció este fin de semana por dos tragedias similares ocurridas en menos de 13 horas, pero a 1.574 kilómetros de distancia entre sí. Se trata de dos tiroteos masivos, uno en Texas y el otro en Ohio, que en total dejaron 31 personas fallecidas y 53 heridas.
En ambos casos, los sospechosos son dos jóvenes que abrieron fuego de forma indiscriminada en lugares reconocidos por albergar a decenas de personas diariamente.
Patrick Crusius, de 21 años, fue el primero. La mañana del sábado 3 de agosto, ingresó con un rifle AK-47 y protección auditiva a un supermercado Walmart, en la localidad de El Paso, en el estado de Texas. Mató a 22 personas y dejó a otras 24 lesionadas. Oriundo de Allen, un suburbio en Dallas, habría conducido nueve horas para perpetrar el ataque.
Más tarde, durante la noche,
Connor Betts, de 24 años, acudió a un popular centro de vida nocturna, con bares y discotecas, en la ciudad de Dayton, Ohio. Portando un chaleco antibalas, una máscara, protección para los oídos y un fusil calibre .223 con gran cantidad de municiones, abrió fuego en contra de la muchedumbre. Hirió a decenas de personas, de las cuales nueve murieron en el lugar.
Su hermana fue una de las víctimas fatales.
"Solitario" y sin antecedentes
Además de contar con una edad similar, los dos jóvenes indicados como responsables de las masacres de este fin de semana tienen en común que no contaban con antecedentes penales y que quienes los conocieron los describen como personas solitarias.
Crusius se graduó en la escuela secundaria Plano Senior en 2017, ubicada en Plano (Texas) y se matriculó ese mismo año en el Collin College, un colegio comunitario en McKinney, Texas, según un comunicado emitido por la universidad.
Algunos de sus vecinos de Allen, consultados por medios locales, describieron a Crusius como "un tipo muy solitario" y que solía pasar desapercibido en este suburbio texano. Una persona "muy solitaria, muy distante (…) Nunca interactuaba mucho con nadie", comentó al periódico Los Angeles Times Leigh Ann Locascio, antigua vecina.
"No hablaba con la gente. Nadie lo conocía realmente ", relató, en tanto, el hijo de Locascio, Tony, quien solía caminar a la escuela con Crusius y su hermana. Según recordó, le gustaban los animales y tenía serpientes de mascotas.
Jacob Wilson, un ex compañero de colegio, lo describió como alguien "muy decidido", pero con "carácter irritable y explosivo". Según rememoró para el mismo diario estadounidense, a ninguno de sus compañeros les gustaba hacer trabajos con él y relató algunos episodios de acoso sufridos por el sospechoso. "Cada vez que él levantaba la vista en clase, alguien le hablaba en mal tono. Decían que Patrick era tonto, un estúpido", sostuvo.
Según informó la policía,
no existen antecedentes que hicieran prever que Crusius perpetraría una masacre como la de este sábado. Lo mismo dicen respecto a Betts, quien solo contaba con dos multas por exceso de velocidad en 2013 y 2014.
Estudiante de psicología en un colegio comunitario, también se encontraba trabajando en un local de comida de la cadena Chipotle, según consignó The Washington Post. El arma con la que llevó a cabo la matanza la compró por internet y de manera legal, en Texas. "No hay nada en el registro o la historia de este individuo que le haya impedido comprar esta arma de fuego", dijo Richard Biehl, jefe de la policía de Dayton.
Sin embargo, según la cadena CBS, fuentes que lo conocieron lo describen como "inestable" y "extremadamente agresivo". Incluso, antiguos compañeros de colegio de Betts consignaron que habría sido suspendido una vez por armar una lista con los nombres de las personas que quería violar y matar. Entre ellas se incluía a mujeres que se habían negado a salir con él. "Después de eso, mucha gente ni siquiera lo miraría", señaló Cody Metcalfe, compañero de secundaria, a Los Angeles Times.
Maison Gallimore, quien también fue a la escuela con Betts, afirmó al mismo diario que la última vez que supo de él fue hace unos meses, cuando él la invitó a tomar algo en Instagram. "Algo me dijo que no era una buena idea", admitió y comentó que cuando eran adolescentes a veces se comportaba de forma amable, pero otras era aterrador. "Tuve que ir con el maestro porque él 'bromeaba' con las chicas, diciendo que las iba a matar", recordó.
Motivaciones
En el caso de Betts, las causas que lo habrían llevado a disparar de forma indiscriminada contra una multitud no están claras y son parte de la investigación que lleva a cabo la policía de Ohio. Ante la falta de un "móvil" concreto, las primeras hipótesis apuntan que la hermana, Megan Betts, y su novio habrían sido las únicas víctimas seleccionadas por el autor de la masacre. De hecho, según trascendió, éste habría acudido a la zona junto a la pareja, de la cual luego se separó.
"Tal y como se produjo la agresión no pudo discriminar a sus víctimas", señalaron los investigadores.
Las indagaciones en torno a Crusius sí apuntarían a una motivación: racismo. Poco después de la tragedia, se le atribuyó un manifiesto con pasajes xenófobos que fue publicado en la página de internet 8Chan.
"Es una respuesta a la invasión hispana de Texas", afirmó el autor en el texto respecto al ataque, aludiendo además a los tiroteos en Christchurch, Nueva Zelanda, donde un hombre blanco mató a 51 personas en una mezquita.
"Hasta cierto punto indica que tiene un nexo con un posible crimen de odio", afirmó el jefe de policía de El Paso, Greg Allen, sobre el motivo del atacante. El documento también incluye una protesta contra la automatización y las corporaciones de EE.UU.
Luego de la matanza, Crusius se entregó a la policía, que no disparó ni una sola bala durante el operativo. "Mi objetivo era matar al mayor número de mexicanos posible", habría admitido tras su detención. Un fiscal estatal adelantó que se buscará la pena de muerte si se le declara culpable.
Betts, en cambio, fue abatido por los agentes policiales solo minutos después de que comenzara con el tiroteo.