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Las claves de Groenlandia, el territorio que Donald Trump querría comprar para EE.UU.

Rica en recursos naturales y en peligro por el cambio climático, esta isla danesa que sueña con la independencia llegó a las portadas por el presunto interés de Washington de adquirirla.

16 de Agosto de 2019 | 12:01 | Redactado por D. Gaete, Emol.
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Niels Korsgaard/MHN Dinamarca
Sorpresa causó el supuesto interés del Presidente de EE.UU., Donald Trump, en comprar Groenlandia, a pesar de que la idea -que no ha sido confirmada- no es nueva desde las esferas norteamericanas. En la década del 40, el entonces Mandatario Harry Truman ya había estudiado la iniciativa, debido a la importancia estratégica y de recursos naturales que esta nación ofrece.

De todos modos, habría que ver cuál es la reacción de los groenlandeses ante esta opción, ya que desde hace años sus habitantes tienen el sueño de la secesión del Gobierno de Dinamarca.

Además, la opción estadounidense se ve difícil, ya que los políticos daneses se rieron ante la posibilidad, aunque esta idea tiene como antecedente la ocupación norteamericana de una base en la isla cuando transcurrió la Segunda Guerra Mundial.

Rico en recursos naturales

Entre tierras raras, petróleo y reservas de oro, Groenlandia concentra un gran potencial en su vasto territorio -su superficie es superior a los 2.100 millones de kilómetros cuadrados-, lo cual lo posiciona como una zona muy apetecida por varios de los países más importantes del mundo, a pesar de que se encuentra en riesgo de derretimiento a causa del calentamiento global.

Según el informe anual de las materias primas Cyclope, el yacimiento de Kvanefjeld, que se encuentra en esta nación, es el segundo más importantes del mundo en cuanto a tierras raras -que concentra 17 elementos químicos metálicos y que son usados para fabricar, por ejemplo, celulares. De hecho, es tal su importancia que China, principal país exportador de este material, empezó a invertir en este sector de Groenlandia para aumentar sus ventas.

Asimismo, hace algunos años descubrieron que cuenta con grandes yacimientos petroleros que incluso, hicieron pensar en una posible independencia de esta nación. "Los recientes descubrimientos de posibles yacimientos de petróleo aumentaron la discusión sobre la cuestión de la independencia", dijo animado en 2011, el ex primer ministro Kuupik Kleist, que esperaba que con este hecho Groenlandia fuera capaz de autosustentarse económicamente, para así no depender más de Dinamarca.

De todos modos, las noticias no fueron las mejores con el tiempo, ya que el precio del petróleo encontrado era bastante más barato al pensado, lo que se sumó a la complicada geografía local, que implicaba varias dificultades para las empresas que querían ir a extraer este producto.

El hierro y el uranio son parte de otros ricos elementos que la nación ofrece, lo cual la pone en una de las reservas más importantes del mundo y que, si llegan a ser explotadas de gran forma, podría cumplir el sueño de varios groenlandeses: la independencia.

"Te hace pensar en haber caminado sobre miles de millones de dólares toda tu vida sin saberlo", dijo en 2014 un habitante de esta isla consultado por la BBC ante el potencial que posee el territorio.

Sueños de independencia

"Todo el mundo en la isla sueña con ser independientes algún día, pero es más una cuestión sentimental", contó a ABC Damien Degeorges, un analista francés conocido por ser experto en Groenlandia. "La independencia está siempre presente de forma más o menos intensa en el micro-debate político", prosiguió Degeorges y acotó que "hay prioridades más acuciantes que la independencia", como las inversiones que se hacen en el territorio.

La historia de la isla más grande del mundo no tiene un solo dueño. En un comienzo, Noruega -alrededor del año 900- se apropió de ésta cuando varios vikingos llegaron a sus costas, pero, posteriormente, cuando el país europeo se anexó a Dinamarca, esta región cambió de dueño. A pesar de algunas disputas posteriores, se mantuvo la soberanía danesa sobre este territorio que sirvió, durante la Segunda Guerra Mundial, para que EE.UU. colocara una base militar.

"Groenlandia está muy lejos de ser autosuficiente sin Dinamarca. La ayuda danesa es amable, una especie de ayuda al desarrollo por un monto de unos 450 millones de euros al año sin más contraprestaciones que la soberanía"

Damien Degeorges

Desde hace varios años, como ha ocurrido en las recientes elecciones de primer ministro, se ha buscado la aclamada independencia, aunque ésta se ve lejos por el momento. De todos modos, en 1978 consiguieron que desde Copenhague les cedieran la autonomía, lo que significó un paso para su ordenamiento.

"Groenlandia está muy lejos de ser autosuficiente sin Dinamarca. La ayuda danesa es amable, una especie de ayuda al desarrollo por un monto de unos 450 millones de euros al año sin más contraprestaciones que la soberanía", explica Degeorges, quien señala que esto representa "un tercio de las necesidades financieras" de la nación.

Asimismo, la pesca y materias primas -que son las principales actividades de Groenlandia- "no pagan todavía las facturas. La explotación de sus vastos recursos naturales es un proyecto que, con el cambio climático, tendrá lugar a medida que Groenlandia pasa de ser una sociedad de cazadores y pescadores a una economía de recursos naturales. Y la clave es no correr en este proceso".

En riesgo por el cambio climático

La gran geografía que rodea a Groenlandia se caracteriza por sus imponentes icebergs, que por sus formas y tamaños, llaman la atención del mundo, aunque, en estos últimos años, no tanto por su majestuosidad, sino que por el peligro que corren a causa del cambio climático.

Como consigna CNN, una investigación del profesor de geodinámica de la Universidad Estatal de Ohio Michael Bevis, indicó que puede ser "demasiado tarde" para actuar ante el creciente aumento del nivel del mar y que lo mejor es "adaptarnos y mitigar el calentamiento global futuro". Asimismo, mencionó que el derretimiento de los hielos se acrecentó de forma excesiva en los últimos años.

El estudio de Bevis, presentado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciencess, señaló que esta nación arrojó más de 280 gigatoneladas de hielo por año, aumentando el nivel del mar en 0.8 milímetros. Además, vieron que en 2012 la perdida de hielo aumentó el cuádruple que al ocurrido en 2003. "Cada vez más grandes cantidades de masa de hielo van a salir de forma de agua de deshielo, como ríos que desembocan en el mar", agregó.

Los videos e imágenes en donde se ven a icebergs rompiéndose han aparecido a lo largo del tiempo, demostrando el problema que se vive y que podría llegar a un punto sin retorno si no es tratado, en una región que ahora Trump estaría pensando en comprar para aumentar su poder territorial.