Más de un millar de nuevos incendios se declararon en las últimas horas en la Amazonía, mientras los aviones del Ejército de Brasil surcaban este lunes las extensas áreas afectadas para aplacar las llamas que movilizaron a los líderes del G7 y mantienen en vilo al mundo.
Porto Velho, la capital del estado de Rondonia (norte), amaneció con una leve neblina de humo y olor a quemado traídos por los vientos de los incendios forestales de la región.
Hasta el domingo se registraron
80.626 incendios en todo Brasil,
1.113 focos nuevos en relación al reporte del sábado, según datos del
Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE). El balance marca un aumento de 78% respecto al mismo periodo del año pasado. El 52,6% de los focos están localizados en la región amazónica.
Dos aviones cisterna Hércules C-130 basados en Porto Velho comenzaron su actividad, lanzando decenas de miles de litros de agua en los puntos de incendio.
Los aparatos forman parte de la operación militar ordenada el viernes por el Presidente Jair Bolsonaro, bajo presión interna e internacional. Unos 43.000 soldados de regimientos amazónicos están prontos para entrar en actividad, señaló el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva.
En Brasil, la creciente deforestación provocada para abrir espacio a cultivos o pastoreo agravó la temporada habitual de incendios, según expertos.
Además, los siniestros han despertado a la comunidad internacional, que ha visto con preocupación el avance de las llamas, haciendo una serie de anuncios para tratar de solucionar la situación.