Indignación existe en Brasil luego de que se revelarán las imágenes de un
joven de 17 años que fue torturado en un supermercado en Sao Paulo. En las grabaciones, dos guardias de seguridad desnudaron a la víctima -que fue sorprendida robando chocolates- y le aplicaron descargas eléctricas mientras los oficiales se reían del suceso.
Según mencionó Agencia Brasil al joven se le ató de manos, se le quitó casi toda su ropa y fue enviado a la parte posterior del supermercado, en donde se le aplicaron estos "castigos", que consistieron en constantes golpes con una especie de látigo eléctrico, mientras que el afectado tenía una mordaza en su boca.
"Quítate la mano", "vas a tener uno más" o "para no tener que matarte, mocoso", son algunas de las expresiones que utilizan los efectivos de seguridad mientras el joven lloraba y que sorprendieron a la población. De todos modos, habrían sectores que habrían avalado estas prácticas.
El hecho ocurrió en julio de este año pero recién fue revelado esta semana por varios medios brasileños, lo que generó el actuar de las autoridades.
Críticas en Brasil
"Los vigilantes emplearon una violencia desmedida contra el chico. Este episodio me recordó a la época de la esclavitud, cuando los afrobrasileños sufrían latigazos en la plaza pública", dijo a O Globo el encargados de la investigación, Pedro Luiz de Souza, quien señaló que la víctima vive en una favela cercana al supermercado al que ingresó, en donde ya había hecho otros robos.
"Fue una situación de tortura y el crimen de tortura es atroz. Por lo que podemos ver en las imágenes, el crimen se estaría configurando. Tenemos a un adolescente extremadamente acorralado y asustado", agregó el investigador quien indicó que, si los guardias son hallado culpables, podrían recibir entre dos a ochos años de prisión.
"Fue una situación de tortura y el crimen de tortura es atroz. Por lo que podemos ver en las imágenes, el crimen se estaría configurando. Tenemos a un adolescente extremadamente acorralado y asustado"
Pedro Luiz de Souza
El joven fue contactado por O Globo y aseguró: "
fui a buscar el chocolate, y ahí él me pegó, me llevó a la pequeña habitación, me dio un látigo y me amenazó de muerte".
La víctima le dijo a la policía que este hecho duró cerca de 40 minutos y dijo que era la tercera vez que era sufría de estos actos. Además, dijo que no quiso denunciar el hecho por miedo.
El gerente de Ricoy, en donde ocurrieron estos sucesos, aseguró que "nuestra empresa repudia estas actitudes y tomó con indignación las fotos que se dieron a conocer en el reportaje". Agregó que su comercio "no cumple con ningún tipo de ilegalidad y que colaboraremos con las autoridades".
Los guardias de seguridad se llaman Waldir Bispo dos Santos y Davi de Oliveira Fernandez y fueron despedidos del supermercado.
A las críticas se sumó el consejero del Consejo Estatal de DD.HH. (Condepe), Ariel de Castro Alves, quien dijo que estaba siguiendo la investigación y exigió un castigo por los "actos de torturas bárbaros y crueles".
"Hay una evidencia abrumadora de un crimen de tortura por parte de los guardias de seguridad. La tortura ocurre cuando alguien es sometido, mediante violencia o amenaza grave a un intenso sufrimiento físico o mental", explicó Castro Alves.
Orden de arresto
Este jueves, la justicia brasileña ordenó que ambos implicados fueron arrestados. La medida se produce luego de que de Souza le pidiera a un tribunal la prisión temporal de ellos por 30 días, la cual fue acogida por la fiscalía en Sao Paulo.
"Lo más impactante es el apoyo de parte de la sociedad brasileña a la tortura de quien roba un chocolate. Una buena parte de la sociedad. En los comentarios y mensajes que recibimos, mucha gente dice que fue poco, que merece ser azotado. Que merece la pena de muerte. Y piensan que quien lo hizo merece ser reconocido, no castigado"
Ariel de Castro Alves
De todos modos, no todas las personas en Brasil habrían repudiado el hecho. Según Castro Alves, es "
impactante" el apoyo de estos actos por parte de varios sectores.
"Lo más impactante es el apoyo de parte de la sociedad brasileña a la tortura de quien roba un chocolate. Una buena parte de la sociedad. En los comentarios y mensajes que recibimos, mucha gente dice que fue poco, que merece ser azotado. Que merece la pena de muerte. Y piensan que quien lo hizo merece ser reconocido, no castigado", dijo.
El integrante de la Condepe dijo que los hechos no sorprenden ya que "desafortunadamente es un realidad común", agregando que es difícil conseguir imágenes para demostrarlo. "Probablemente en este caso, los perpetradores de alguna manera quisieron jactarse y mostrar orgullo por lo que hicieron", agregó Castro Alves en declaraciones recogidas por la BBC.
El hecho provocó que varios ciudadanos salieran a protestar en contra del supermercado Ricoy, pues creen que la golpiza es "una prueba más de cuán profundo es el legado del racismo estructural dejado por la esclavitud en nuestra sociedad".
El afectado - que tiene seis hermanos y que duerme en la calle - fue acompañado por su hermano a prestar declaraciones en la semana y dijo que trataría de ayudarlo para superar este suceso.