El ataque que el sábado afectó a dos refinerías de petróleo en Arabia Saudita continúa sumando capítulos y la tensión en Medio Oriente se está elevando a niveles insospechados.
Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, anunció ahora que su país está listo para responder al atentado que se produjo en la empresa estatal Aramco, y que sólo falta la aprobación del reino saudí para tomar acciones.
"El suministro de petróleo de Arabia Saudita fue atacado. Hay razones para pensar que conocemos al culpable. Estamos cargados y listos, pendientes de verificación, pero estamos esperando a oír del reino sobre quién creen que fue el autor de este ataque, ¡y bajo qué términos procederíamos!", escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Según ha acusado el país norteamericano en las últimas horas, Irán estaría detrás de estos hechos, debido al respaldo que dicha nación le entrega a los rebeles hutíes de Yemen que se los adjudicaron.
Sin embargo, Teherán rechazó categóricamente cualquier imputación y advirtió a EE.UU. que sus bases militares y buques "están al alcance de nuestros misiles".
La compañía afectada, considerada la petrolera más grande y que más ganancias genera a nivel mundial, deberá reducir su producción en un 50% debido a los gigantescos incendios que se generaron tras los ataques con diez drones no tripulados, poniendo en jaque el abastecimiento de combustible a nivel mundial.
Para abordar este asunto, Trump informó que "basado en el ataque a Arabia Saudita, que puede tener un impacto en los precios del petróleo, he autorizado la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo (de Estados Unidos), si es necesario, en una cantidad suficiente para mantener los mercados bien abastecidos".
"También he informado a todas las agencias apropiadas para acelerar las aprobaciones de los oleoductos que se encuentran actualmente en el proceso de permisos en Texas y otros estados", agregó Trump.
Hasta ahora, la autoría del hecho no está del todo clarificada y los ojos del mundo están puestos sobre el Golfo Pérsico, para evitar que esta escalada de hostilidades suba de tono y termine en un conflicto armado.