Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
EFE
El Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebró hoy el anunció del Presidente estadounidense Donald Trump sobre un "incremento sustancial" de las sanciones contra Irán, tras la polémica generada en los últimos días por un posible ataque de Teherán a refinerías saudíes.
"La agresión de Irán ha aumentado últimamente, incluso en el Golfo, y este es exactamente el momento de aumentar la presión y las sanciones", expresó el mandatario israelí en su cuenta de Twitter.
"Me alegra que el presidente Trump haya hecho exactamente eso", agregó durante la jornada posterior a los comicios en Israel, para cuya campaña previa hizo especialmente énfasis en la buena relación con el mandatario estadounidense, hasta el punto de mostrarse en carteles junto a él.
Netanyahu, que considera a Irán un enemigo acérrimo y una amenaza existencial para Israel, por lo que ha llevado a cabo ataques contra objetivos iraníes y de milicias aliadas en territorio sirio, se había mostrado reticente a la posibilidad de que Trump se reuniera con su par iraní, Hasán Rohaní, durante la Asamblea General de Naciones Unidas la semana próxima en Nueva York.
Mientras que el Presidente estadounidense rebajó hoy las expectativas respecto a tal encuentro, Netanyahu confirmó que en vista de las dificultades políticas que afronta en su país tras las elecciones del martes no asistirá a la Asamblea General, donde tenía previsto reunirse con Trump para discutir un "Tratado de Defensa Mutua".
"Un acto de guerra"
El pasado sábado, dos refinerías de la petrolera estatal saudí Aramco, clave para el abastecimiento mundial de crudo, fueron atacadas con drones y misiles de crucero, causando una reducción de cerca del 50 % de su producción.
Hasta ahora, Trump ha evitado señalar definitivamente a Irán y solo ha dicho que "parece que sí" fue el país persa el que estuvo detrás del ataque.
Sin embargo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha acusado a Irán de cometer un "acto de guerra" tras el ataque contra las refinerías de la empresa petrolera estatal saudí, Aramco, del que Teherán se ha desvinculado, según consignó Europa Press.
"Hemos sido bendecidos por el hecho de que no hayan muerto estadounidenses en este ataque, pero siempre que hay un acto de guerra de esta naturaleza existe el riesgo de que eso pase", advirtió.