El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abrió este martes los debates de la Asamblea General de las Naciones Unidas defendiendo la gestión en materia medioambiental que ha llevado a cabo su gobierno y haciendo un fuerte llamado a la comunidad internacional a respetar la soberanía de su país.
"Mi gobierno se ha comprometido con la defensa medioambiental y con el desarrollo sostenible (...) Somos uno de los países que más protege su medio ambiente", aseveró Bolsonaro, en la que fue su primer discurso ante la ONU como jefe de Estado de Brasil.
"El 61% de nuestro territorio está protegido. Seguimos una política de tolerancia cero con la delincuencia y ahí se incluyen los delitos ambientales", dijo.
El Mandatario se refirió a los incendios forestales que han afectado durante los últimos meses a la Amazonía, aseverando que "el Amazonas no está siendo devastada ni tampoco consumida por el fuego como dicen los medios de comunicación", y enfatizó en que Brasil está siendo objetivo de
"ataques sensacionalistas".
"Es falaz decir que el Amazonas es un legado de la humanidad (...)
Decir que nuestro bosque es el pulmón del planeta es falso", recalcó y deploró que "otro país" basado en "las mentiras de la prensa internacional (...) se portó de forma irrespetuosa y colonialista, atacando nuestra soberanía".
Aunque sin mencionarlo, Bolsonaro hizo referencia al Presidente francés, Emmanuel Macron, quien durante la cumbre del G7 hizo de la crisis en la Amazonía un tema central e incluso propuso conceder a dicha región un "estatuto internacional", lo que indignó al líder brasileño.
"Aquellos que nos atacan no están preocupados por los indígenas como seres humanos sino por las riquezas de las reservas", añadió el ultraderechista en su discurso de esta mañana.
"Quisiera insistir en que cualquier iniciativa por contribuir a la salvaguarda del Amazonas debe hacerse con pleno respeto a la soberanía de Brasil (...) y rechazamos cualquier intento de instrumentalizar la agenda medioambiental e indígena" del país, agregó.
En ese sentido, Bolsonaro aprovechó la instancia para saludar a su aliado político, el Presidente de EE.UU., Donald Trump, por seguir con el lineamiento de respetar el territorio del gigante latinoamericano.
"Brasil insiste en su compromiso firme con las normas más elevadas de los derechos humanos y con la defensa de la libertad", añadió por último Bolsonaro, aludiendo también al reciente anuncio realizado por la Alta Comisionada de los DD.HH. de la ONU, Michelle Bachelet, que denunció una reducción de los espacios democráticos en el país.
Ataques a Cuba y Venezuela
Además del tema mediambiental, el discurso de Bolsonaro estuvo marcado por los duros ataques del jefe de Gobierno en contra de los liderazgos de Cuba y Venezuela.
En sus primeras palabras, el Mandatario afirmó que el Brasil que él preside es un "nuevo país", que en el pasado reciente "estuvo al borde del socalismo", lo cual terminó llevándolo "a una situación de corrupción generalizada" y propició, además, "ataques ininterrumpidos a los valores religiosos".
"En los últimos decenios nos dejamos llevar por ideologías que buscaban el poder absoluto (...) la ideología ha invadido nuestros hogares", sostuvo.
Bolsonaro hizo alusión a los alrededor de 10.000 médicos cubanos que, hasta fines del año pasado, operaban en Brasil mediante planes de cooperación firmados por Gobiernos anteriores y que La Habana decidió retirar tras las críticas de Bolsonaro a sus autoridades.
"Hemos dejado de contribuir a la dictadura cubana", enfatizó el Presidente.
En ese mismo sentido, afirmó que hoy unos "60.000 cubanos" están en Venezuela y actúan en las áreas de "inteligencia y defensa" para mantener en el poder a una "dictadura" que ha implantado en ese país que "antes ya fue tan próspero".
Bolsonaro destacó el esfuerzo de Brasil por acoger a los miles de venezolanos que han llegado al país en busca de una nueva vida y dijo que su Gobierno seguirá "trabajando para que la democracia sea restablecida en Venezuela". "Hemos hecho todo lo posible para procurar que ningún otro país de Sudamérica padezca este régimen", sentenció.
La sesión de la Asamblea General, que comienza el martes y termina el 30 de septiembre, ha reunido a jefes de gobierno de 136 de los 193 estados miembros. La gran asistencia refleja un creciente interés generalizado por abordar el cambio climático y la frágil situación de paz y seguridad.