Miles de manifestantes enfurecidos con el gobierno del presidente Jovenel Moise han protestado en todo Haití durante estos días y han llenado de violencia las calles de la capital, Puerto Príncipe, donde se registraron saqueos y enfrentamientos con la policía.
Temprano en la mañana, grupos de jóvenes impidieron el tránsito en algunas de las principales arterias de la ciudad con barricadas improvisadas a partir de postes de lámparas, troncos de árboles, montañas de basura y llantas prendidas con fuego.
La polícía arrojó gases lacrimógenos, al que los manifestantes respondieron con pedradas, lo que derivó en conflicto confuso y violento en el que también se escucharon disparos de armas de fuego.
Una vez dispersada la manifestación, varios locales comerciales de los barrios acomodados de la capital fueron saqueados.
En Cite Soleil, la principal barriada marginal de la capital, manifestantes ocuparon una estación de policía, de la que se llevaron chapas metálicas del techo, muebles y equipo de protección policial, apenas afectados por el aire cargado de gas lacrimógeno.
Además, la tarde de este sábado la ONG Cáritas Haití fue saqueada por completo y grupos de encapuchados sustrajeron diversos almacenes con alimentos y medicinas.
"Ahora nos estamos llevando lo que sea que precisamos para mejorar nuestras casas porque estamos cansados de empaparnos cuando llueve", dijo Steven Edgard, un manifestante a la agencia AFP.
Estas protestas forman parte de una ola de manifestaciones que han sacudido a la nación isleña durante toda la semana, motivadas por la indignación y el enojo generalizado de la población con el presidente Moise, quien está implicado en varios escándalos de corrupción.
En la noche del martes, Moise llamó a una "tregua histórica" en un infrecuente y breve discurso difundido por la televisión estatal en el que abogó por la reconciliación nacional y un gobierno de unidad.
Pero el mensaje no surtió efecto, y el miércoles por la mañana grupos de jóvenes tomaron las calles de la capital y también hubo protestas en las principales ciudades de las provincias.
A fines de mayo, Moise fue acusado de dirigir una "esquema de desvío de fondos" por el Tribunal Superior de Cuentas, que reveló en un informe la mala gestión de la ayuda enviada por Venezuela destinada a trabajos de reparación vial.