La historia del desaparecido mar de Aral, uno de los peores desastres ambientales del mundo
Ubicado en Asia Menor, este lago fue víctima de la intervención del hombre, luego de que la Unión Soviética desviara los ríos que lo confluyen para utilizar su agua en el riego de cosechas de algodón.
Fotografías satelitales de la NASA de la contracción del mar de Aral en los años 2000, 2009 y 2018.
NASA
El documental "Aral. El mar perdido", realizado por la cineasta española Isabel Coixet en 2010, comienza con esta leyenda: "Hacía falta algodón. O al menos eso decidieron las autoridades del momento. Había que plantar algodón donde fuera para servir de algodón a toda Rusia, aunque para ello, el mar de Aral 'tuviera que morir como un soldado en la batalla'. Y así se hizo".
A principios de la década del '50, el Mar de Aral, ubicado en la frontera noroeste de Kazajistán y Uzbekistán (ex república soviética), era uno de los lagos más grandes del mundo con 68.000 kms2. Eso, hasta que el Gobierno de la URSS, con la intención de regar estos cultivos de algodón, ordenó la construcción de un canal de 500 kilómetros de longitud para desviar las aguas de los ríos que lo confluyen, el Amu Daria y Sir Daria, convirtiéndolo en uno de los daños ambientales más grande del mundo. Por décadas, prácticamente no recibió agua y comenzó a evaporarse.
We Are Water -ONG que contribuye a la resolución de los problemas derivados de la falta de agua- sostiene que, dada esta situación, en 1980 el agua que desembocaba en este lago endorreico era solamente el 10% del caudal que había en 1960, por lo que comenzó su proceso de desecación.
"En consecuencia, actualmente la mitad de su superficie original y su volumen se ha visto reducido a una cuarta parte, el 95% de los embalses y humedales cercanos se han convertido en desiertos y más de 50 lagos de los deltas, con una superficie de 60.000 hectáreas, se han secado", añade la fundación.
Respecto al clima en la zona, dice que "esta desecación ha eliminado el efecto amortiguador que ejercía en su entorno, por lo que los inviernos y los veranos se han hecho más duros, con el consiguiente aumento de sequías graves".
El académico del Instituto de Química de la Universidad Católica de Valparaíso Waldo Quiroz, señala que "existen reportes tanto de lagos como de mares que tienen poco flujo de ríos para restituirlos y que se han secado, efectivamente porque la tasa de reposición es menor a la de extracción del agua".
Y enfatiza: "Cualquier intervención que altere el ciclo del agua en una zona obviamente que es un desastre ambiental porque sin el agua no está la base de la cadena trófica natural".
A raíz de esta obra de ingeniería, la salinidad del agua fue cuatro veces superior al límite establecido por la OMS, lo que "redujo el nivel de las aguas freáticas (precipitación que se filtra a través del suelo) de 53 a 36 metros, causando graves problemas con el suministro de agua potable".
"Lo más dramático de todo es que ocurrió con un desconocimiento internacional casi absoluto. En 2003, unas imágenes por satélite de la NASA mostraron la verdadera envergadura del desastre y lo que muchos científicos ya habían anunciado"
Fundación We Are Water
Sobre este punto, el doctor en Ciencias explica que normalmente cuando uno comienza a sacar agua del mar y empieza a desalinizar, qué se hace con la sal que se le va sacando, se va devolviendo al mar, es lo más barato, entonces uno literalmente lo que está haciendo con ese cuerpo es que le está sacando el agua dulce y le está devolviendo la sal. Obviamente que se va a empezar a concentrar la sal, llega un punto en que la vida se hace inviable cuando el contenido salino es muy alto, de hecho el contenido de sales disueltas es un parámetro de calidad del agua de un cuerpo acuoso natural".
Por otra parte, el documental consigna que "los fertilizantes químicos que se utilizaron para acelerar el crecimiento del algodón han convertido esta zona en una de las más contaminadas del planeta".
Posible restitución
"Hay una vieja leyenda que dice que el Aral se ha secado tres veces. Tres veces se ha secado y tres veces ha vuelto. Algún día el mar volverá", relata en el documental un hombre que alcanzó a conocerlo en pleno apogeo.
Pero, ¿qué tan viable podría ser esta posibilidad? "Para eso, hay que ver los caudales de entrada, si son bajísimos puede que la respuesta sea sí, pero se va a demorar mil años, se puede saber si es que hay estudios de los caudales de entrada de esa zona. No sé qué estudios hay porque si son mínimos o los ríos desviaron su curso, recién ahí se puede llegar a una conclusión si es que sí se podía restituir y en cuánto tiempo", responde Quiroz.
"Hay que tener claro que en un cuerpo de agua dulce se genera un ecosistema natural porque vienen las aves a beber agua, a comer peces y si se seca, todas esas especies que dependían de esa agua van a desaparecer, ya sea porque migran o porque se mueren. Ahí hay toda una cadena alimenticia", añade.
Y finalmente, concluye que "en cualquier cuerpo acuoso que esté estancado o tenga flujos bajos si se empieza a utilizar con fines industriales va a generar un riesgo de que se seque, eso le pasa a cualquier lago o mar con flujo bajo. Siempre se ha hablado que el Mar Muerto ha tenido su riesgo, entonces los únicos mares que no tienen ese riesgo son los que se llevan prácticamente todo el agua dulce de los ríos como el Océano Pacífico, Atlántico o el Mediterráneo".