"Conflicto diplomático y judicial de primer orden". Así es como cataloga El Periódico de Barcelona los últimos acontecimientos ocurridos en un caso que se arrastra desde 2016 y que involucra a una madre uruguaya, un padre español y su pequeña hija de siete años, que nació en territorio europeo y cuya custodia se encuentra en disputa.
Este viernes y de acuerdo a lo resuelto por la justicia española, la madre tenía la obligación de entregar a la menor de edad a su padre biológico en dependencias del consulado de Uruguay en Barcelona, en una decisión que ha resultado polémica: el motivo de enfrentamiento entre ambos adultos es una acusación de abuso sexual contra la niña que señala como responsable al padre.
La justicia española desestimó los informes elaborados en Uruguay y le otorgó el cuidado de la menor de edad a su padre, acusado de posible abuso sexual
En medio de manifestaciones y muestras de apoyo contrapuestas en ambos países, el cónsul uruguayo Juan Pablo Tagliafico notificó que no entregaría a la menor por no considerarse competente para ejecutar una sentencia española. En el edificio recibió a la mujer y a su hija, quienes llegaron temprano y custodiadas por fuerza policial, como había ordenado la jueza a cargo del caso.
A pesar de que el padre se mantuvo junto a sus abogados en las afueras de la sede diplomática durante cerca de seis horas, no pudieron acceder a ella. El edificio fue cerrado incluso para quienes acudieron a realizar trámites. En Montevideo, el Ministerio de Asuntos Exteriores emitió una nota en la que subraya la inviolabilidad de sus dependencias diplomáticas.
El ministerio, que asegura haber asistido a la mujer y a su hija durante todo el proceso, anunció también que "instruyó" a la embajada uruguaya en Madrid contactar a las autoridades españolas para "manifestar la preocupación ante una sentencia improcedente", instando a que la situación se resuelva "atendiendo el interés superior de la niña".
Acusaciones cruzadas
El caso se remonta a 2016, cuando la madre viajó con su hija a Uruguay para visitar a sus familiares. Según relató la mujer, durante el viaje notó que la menor realizaba dibujos con connotación sexual, los que la condujeron a sospechar que podría haber sufrido algún tipo de abuso. Una vez en su país, la menor fue visitada por tres especialistas.
En un informe redactado por la directora del Instituto Técnico Forense de Montevideo, la niña expresaba "miedos a la figura del rol paterno, ausente y agresivo". En él se le señalaba como "espectadora de violencia doméstica y protagonista de conductas inadecuadas y violentas por parte de su padre".
"En sus expresiones verbales, juegos y dibujos se ven indicadores de abuso sexual por parte del padre, en actividades obligadas relacionadas con 'juegos sexuales'"
Laura Gandolfo, psicóloga
Por su parte, la psicóloga Laura Gandolfo constató que "en sus expresiones verbales, juegos y dibujos se ven indicadores de abuso sexual por parte del padre, en actividades obligadas relacionadas con 'juegos sexuales'", consigna El Periódico. "Estos sucesos acaecidos a tan corta edad generaron gran confusión y angustia en la niña", explicó. Entonces, todavía no cumplía tres años.
En su país, la madre denunció al progenitor por abusos sexuales y tomó la decisión de no retornar a España. En respuesta, el padre la denunció por sustracción de la menor en un juzgado de Vielha, debido a que la autorización entregada por él fue para un viaje corto y no una residencia definitiva.
En junio de 2018 y tras años de enfrentamientos legales, la Suprema Corte de Justicia de Uruguay determinó que la mujer debía retornar a Europa, argumentando que el proceso judicial español que había solicitado el retorno de la menor fue realizado "con las garantías necesarias para todas las partes", según consigna el medio uruguayo "la diaria".
Antes, un tribunal del país sudamericano también había llegado a la misma conclusión, basándose en que el acusado no se encontraba presente para "ser directamente oído y periciado" y que la justicia "naturalmente competente" era la española. Al llegar, el tribunal mantuvo como medidas cautelares que el hombre no pudiera acercarse ni comunicarse con ellas.
El vuelco en España
A los pocos meses el escenario cambió: la justicia española determinó suspender la causa de abuso y maltrato que pesaba sobre el padre. La magistrada a cargo del caso, Cristina Marrero, determinó que las pruebas contra el hombre no eran suficientes y decidió archivar la causa, dejando sin efecto las medidas de protección originalmente impuestas en Uruguay.
Adicionalmente, la jueza solicitó que se acusara a la madre por denuncia falsa. Según el abogado de la mujer, Mario Guerrero, la justicia tomó la decisión sin aceptar los informes periciales que ella traía desde Uruguay por considerar que "son fruto de un posicionamiento psicoterapéutico" y no reúnen los principios de "imparcialidad, neutralidad y objetividad".
Según el fallo, la madre es "alguien con personalidad paranoide, con tendencia al histrionismo, con baja escala de sinceridad"
En cambio, fundó su resolución en un informe del Equipo de Asesoramiento Técnico y de Atención a la Víctima de Barcelona, que detalla que la menor "no hace, en ningún momento, ningún tipo de relato de referencia a una presunta situación abusiva de carácter sexual". El documento también cita la opinión de una psicóloga que asegura que no se podía determinar presencia ni ausencia de abuso, según El Periódico.
Este lunes el caso tuvo un nuevo hito: la jueza resolvió otorgarle la tenencia de la niña al padre. En él, no solamente descartó por completo el abuso sexual, sino que afirmó que todos los peritos españoles consultados coincidieron en que existía "un alto riesgo para la menor" al continuar viviendo con su madre.
El fallo también da por válida la descripción de la mujer como "alguien con personalidad paranoide, con tendencia al histrionismo, con baja escala de sinceridad, y que si hubiera realizado sinceramente las pruebas psicológicas, los indices de dicha personalidad hubieran sido aún más altos", según El Observador.
El equipo especializado también describió al hombre como "alguien angustiado por la situación, con niveles altos de sinceridad, preparado para la práctica de la paternidad". Al mismo tiempo, los fiscales españoles no admitieron los informes redactados por los organismos estatales uruguayos que aconsejaban mantener separada a la menor de su padre.
La preocupación en Uruguay
El retorno de la niña al cuidado de su padre estaba fijado para este viernes en dependencias del consulado, pero el representante uruguayo en Barcelona se negó a ejecutarlo. La mujer, en tanto, decidió atrincherarse en la sede diplomática para empujar a la jueza a reconsiderar su decisión.
El caso —conocido popularmente como "María", por el nombre ficticio que los medios han asignado a la madre— ha sido ampliamente criticado por organizaciones sociales como la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica. En 2016, la integrante Andrea Tuana dijo a "la diaria" que la justicia "sigue poniendo en riesgo a la niña y no la protege". "Que vuelva a ese contexto es una manera de silenciarla, porque pudo hablar una vez separada del abusador, con una red de contención", aseguró. A su juicio, "Uruguay no peleó por proteger a esa niña".
"La niña hace 3 años no ve a su padre y se ha negado enfáticamente a hacerlo en las ocho instancias de encuentro que fueron propuestas y establecidas en un punto de encuentro supervisado por técnicas españolas"
Intersocial Feminista
Hace pocos días, Teresa Herrera, de la Intersocial Feminista de ese país, afirmó a El Observador que el desenlace judicial no les "sorprende". "Por eso no queríamos que fuera a España. La jueza vive en el mismo pueblo que el padre, los peritos son de los que creen que las madres le llenan la cabeza a los niños", dijo.
La preocupación se agudiza por el hecho de que la menor no mantiene relación con su progenitor. "La niña hace 3 años no ve a su padre y se ha negado enfáticamente a hacerlo en las ocho instancias de encuentro que fueron propuestas y establecidas en un punto de encuentro supervisado por técnicas españolas", aseguró la Intersocial Feminista a través de un comunicado. Según la madre, la separación será "traumática" para la menor de edad.
En tanto, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres de Uruguay aseguró que el fallo deja "una enorme preocupación y angustia" por la salud de la pequeña, tanto física como emocional. En paralelo, se convocan movilizaciones en territorio uruguayo para protestar por el destino de la niña.