La
madre uruguaya, refugiada desde hace una semana en el Consulado de este país en
Barcelona, entregó este viernes a su hija a la Policía, después de que una jueza le diera la custodia al padre, acusado de presunto abuso sexual.
La niña de siete años, objeto de una disputa entre sus progenitores, abandonó el consulado en un vehículo en compañía de psicólogos y agentes policiales, y fue llevada hasta la localidad de Vielha (en la provincia de Lérida, Cataluña), donde vive el padre.
"La menor ya ha sido entregada a su progenitor, que es quien tiene la custodia", informó en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de la región de Cataluña (noreste).
La madre de nombre María y los abuelos maternos, que habían viajado desde Uruguay, tuvieron que ser asistidos y abandonaron el lugar en ambulancias.
El suceso se produjo luego de que esta mañana Cristina Marrero, jueza de Vielha a cargo del caso y quien entregó la custodia al progenitor, fijara como límite de la entrega este viernes a las 14:00 horas (9:00 en Chile).
Según los abogados de la madre, que criticaron la orden judicial, la mujer había acordado con la policía la entrega voluntaria de la menor antes de la resolución. Sin embargo, se vieron impedidos de realizar el procedimiento por el estado de la niña.
"La niña no hacía más que llorar y decir que no se quería ir"
Ester García, abogada de la madre
"La madre quería ser ella quien entregara a la niña. Pero cuando salió al rellano del consulado,
la niña no hacía más que llorar y decir que no se quería ir", explicó a la abogada Ester García. "Finalmente decidimos que la abrazara y se metiera en el consulado porque si no, no había manera", relató la defensora, quien también anunció
un recurso de apelación para recuperar la custodia de la pequeña.
Una treintena de manifestantes, en su mayoría uruguayos y miembros de organizaciones feministas, se concentraron frente a la sede diplomática en respaldo a la mujer. "¡María no estás sola!", era parte de los gritos.
El caso
El conocido como "caso María" comenzó en 2016 con una denuncia de la mujer contra el padre de la niña, por sospechas de que la menor podría haber sido víctima de abusos sexuales y malos tratos.
La demanda fue archivada por la justicia española y la madre y la hija viajaron a Uruguay. Ante ésto, el padre interpuso una denuncia por sustracción y ambas fueron obligadas a volver a España, donde comenzó el proceso legal por la custodia.
En el juicio instruido en septiembre, la magistrada no aceptó como prueba las pericias legales realizadas en Uruguay sobre los presuntos abusos sexuales y desestimó la acusación en contra del progenitor. Además, consideró que María tenía una "personalidad paranoide" y que intentaba alejar a la niña de su padre, por lo que solo le permitió mantener visitas supervisadas de dos horas.
Tras ello, se estableció que la niña fuera transferida entre los progenitores el viernes de la semana pasada en el Consulado de Uruguay, por ser un espacio idóneo. Ambos padres se presentaron en la sede diplomática, pero el cónsul se negó a cumplir la decisión judicial.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay emitió un comunicado en el que subrayó que las autoridades uruguayas estaban exentas de cumplir con la orden judicial, pues ésta vulneraba el estatuto diplomático - no era de su competencia entregarla ni de la jueza exigírselo, según el derecho internacional.
Finalmente, hoy, por petición de la Fiscalía, la jueza Marrero instó a los agentes a custodiar el edificio y hacer entrega de la niña a su padre, junto con un equipo de psicólogos.
