El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Michel Barnier, afirmó este martes que todavía es posible que el bloque alcance un acuerdo esta semana con el Reino Unido para que su salida del bloque comunitario sea ordenada, aunque admitió que cada vez es más difícil lograrlo.
"El trabajo ha sido intenso todo el fin de semana y ayer, porque incluso si el acuerdo será difícil, más y más difícil, para ser franco, todavía es posible esta semana", dijo Barnier a su llegada a la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE en Luxemburgo.
Durante el mismo Barnier
informará a los Veintisiete del estado de las negociaciones entre los equipos de Bruselas y Londres, que se intensificaron durante el fin de semana y continúan hoy con el fin de perfilar un tratado que pueda ser aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en su cumbre de los días 17 y 18.
"Encontrar un acuerdo todavía es posible. Obviamente, este acuerdo debe funcionar para todos: todo el Reino Unido y toda la UE. Ya es hora de transformar las buenas intenciones en un texto legal", añadió Barnier en una breve declaración a la prensa.
Con la fecha de salida del Reino Unido de la UE fijada para el próximo 31 de octubre, Bruselas y Londres decidieron intensificar los contactos después de que una reunión el pasado jueves entre el primer ministro británico, Boris Johnson, e irlandés, Leo Varadkar, permitiera, según dijeron, ver "un camino" hacia el consenso.
Johnson dijo por su parte este domingo a sus ministros que aún "queda bastante trabajo por hacer" para conseguir un acuerdo.
Los planes de Johnson para sustituir la polémica salvaguarda destinada a evitar una frontera física en la isla de Irlanda tras el Brexit -escollo para la aprobación de un pacto- fueron rechazados inicialmente por Dublín y Bruselas, pero se entiende que ha podido hacer concesiones que propicien el consenso.
La UE ha insistido al Gobierno británico en que cualquier alternativa para sustituir esta salvaguarda debe ser "legalmente operativa" y cumplir los mismos objetivos: no levantar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, mantener la cooperación entre el norte y sur de la isla y la integridad del mercado único.
Ministros europeos
La mayoría de los ministros europeos insistieron a su llegada en estas condiciones.
La ministra francesa de Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin, insistió en que su país cree que un acuerdo es posible y deseable "pero no a cualquier precio".
"Tiene que tener tres principios: garantizar que se protege la paz en Irlanda, que el mercado único no permite mañana tener una competencia desleal porque un país no ponga los controles reglamentarios necesarios y que la relación futura (entre la UE y Reino Unido) sea leal y equilibrada", insistió.
Preguntada sobre si Francia sería favorable a una nueva prórroga, subrayó que "el tiempo en sí mismo no proporciona una solución", pero que podrían debatirlo en caso de que Londres lo pida "si se diese un cambio político de amplitud en el Reino Unido" como "la perspectiva de elecciones" o un "referendo".
"Para nosotros es muy importante que los consumidores de la UE no reciban ningún producto que no cumpla con los criterios de calidad europeos y que nuestras empresas no afronten competencia injusta a través de una frontera que no esté totalmente controlada por los productos que vengan del Reino Unido", dijo el ministro de Asuntos Exteriores holandés, Stef Blok, quien instó a seguir trabajando por un acuerdo hasta el 31 de octubre.
El secretario de Estado alemán para la UE, Michael Roth, insistió en que la comunidad "está haciendo todo lo posible" para un acuerdo y han sido "extremadamente flexibles", y confió en que Londres "entienda" que la integridad del mercado único y la paz en Irlanda son "esenciales".