La Unión Europea (UE) y el Reino Unido lograron este jueves "cuadrar el círculo" del nuevo acuerdo del Brexit, en palabras del negociador europeo Michel Barnier, tras consensuar unas medidas "excepcionales" para Irlanda del Norte y la relación futura.
Sin embargo, este nuevo acuerdo alcanzado en Bruselas, que modifica partes del Tratado de Retirada cerrado por la ex Primera Ministra británica, Theresa May, no fueron para nada del gusto del Partido Unionista Democrático(DUP).
La formación norirlandesa ultraconservadora, clave para que el pacto sea aprobado en la Cámara de los Comunes, considera que ha sido traicionada por el Primer Ministro conservador,
Boris Johnson, y según anunció, es probable que hunda el nuevo acuerdo en la sesión del sábado en Westminster.
Estos son los principales puntos que incluye el documento de Johnson.
Reglas aduaneras para Irlanda del Norte
Irlanda del Norte, una provincia británica que comparte isla con la República de Irlanda – país miembro de la UE –, continuará en el territorio aduanero del Reino Unido, con lo que podrá beneficiarse de los futuros acuerdos comerciales que cierre el país tras su salida, pero ésta situación tendrá algunos matices.
El Reino Unido aplicará aranceles británicos a los productos que entren a Irlanda del Norte procedentes de terceros países con los que haya concluido un acuerdo de libre comercio, siempre y cuando estos bienes no acaben en la República de Irlanda.
Sin embargo, si esta mercancía procedente de socios comerciales de Londres está destinada también a entrar en Irlanda, y por tanto a la unión aduanera común de la UE, se les aplicará los aranceles europeos.
Los agentes de aduanas británicos serán los encargados de verificar esa mercancía a su entrada en territorio norirlandés, en el mar de Irlanda, y de aplicar el código de aduanas de la UE.
Bruselas y Londres también han logrado resolver la cuestión del IVA, que se había convertido en el último escollo para cerrar el acuerdo en las últimas horas.
El servicio de aduanas británico se encargará de aplicar y recaudar el IVA a los productos de primera necesidad que la UE le fijará a Irlanda y a Irlanda del Norte, para evitar controles en la frontera entre ambos territorios.
Irlanda del Norte también respetará algunas reglas del mercado único europeo como las normas sobre productos agrícolas, controles veterinarios y ayudas estatales, con el objetivo siempre de evitar una barrera en la isla.
Consentimiento, punto de indignación
El parlamento autónomo norirlandés, conocido también como Asamblea de Stormont, podrá decidir a largo plazo si desea continuar aplicando las reglas del mercado único europeo en su territorio.
Estas normas comenzarían a aplicarse después del período de transición entre el Reino Unido y la UE, que termina a finales de 2020, y los diputados norirlandeses podrían pronunciarse cuatro años después respecto a ellas, bastando una mayoría simple para mantenerlas.
Si así ocurre y las reglas continúan, el parlamento de Irlanda del Norte está llamado a pronunciarse cada cuatro años, salvo un consenso entre unionistas y republicanos que implicaría un voto cada 8 años. En cambio, si Stormont decide por mayoría poner fin a las normas europeas en su territorio, estas dejarían de aplicarse dos años después.
El problema es que dicha asamblea, en estos momentos, ni siquiera celebra sesiones porque está
suspendida por Londres, ante la falta de acuerdo entre los unionistas del DUP y los republicanos del Sinn Féin para formar gobierno.
"No podemos apoyar lo que se está sugiriendo sobre la cuestión aduanera o sobre el consentimiento norirlandés a lo que se pacte, y hay una falta de claridad en el IVA", afirmó el DUP este jueves.
Acuerdo de libre comercio
El documento también recoge la solicitud de Johnson de dejar de lado la idea de su predecesora, quien buscaba mantener a todo el Reino Unido en una unión aduanera con la UE mientras se logra una opción mejor, en el marco de un acuerdo de libre comercio.
El nuevo plan le permitiría al Reino Unido recuperar su libertad para cerrar acuerdos comerciales con terceros países, un rol que hasta ahora es llevado adelante por Bruselas.
Así, las partes rebajaron la ambición de la futura relación entre ambos, que pasará por un acuerdo de libre comercio "sin aranceles ni cuotas", pero en cambio la UE obtendrá "garantías" de Londres sobre una competencia leal.