"Nuestro Gobierno, y con profundo dolor, ha resuelto no realizar la cumbre de APEC para noviembre, ni tampoco la cumbre de la COP25. Sentimos y lamentamos profundamente los problemas e inconvenientes que esta decisión va a significar tanto para la APEC como la COP". De esta forma, el Presidente Sebastián Piñera comunicaba su decisión de cancelar los dos encuentros internacionales en los que Chile esperaba estar en los ojos de todo el mundo.
Una decisión que, ciertamente, causa dolor en La Moneda. No hay dudas de que para el Ejecutivo esta era la gran opción de mostrarse al planeta como el "oasis" latinoamericano. La posibilidad de albergar a líderes políticos y sociales y también ser la sede del tan esperado acuerdo entre China y Estados Unidos que pondría fin a la guerra comercial, seducían al Gobierno. No obstante, el sueño de Piñera se truncó.
Ahora, el Mandatario está en la vereda opuesta. Las ganas de querer ser un referente diplomático y ambiental fueron eclipsadas por
la profunda crisis social que afecta a Chile hace más de una semana y que lo han puesto en las portadas de todo el mundo. La imagen país ya estaba en entredicho: distintos actores internacionales abogaban por la suspensión de los encuentros y gobiernos extranjeros habían advertido a sus nacionales tomar precauciones a la hora de viajar al país.
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Austria, España y Croacia, entre otros, han alertado a los ciudadanos. El país norteamericano, por ejemplo, le pidió a los viajeros que eviten estar en las manifestaciones, que sigan las instrucciones de las autoridades locales, que encuentren un lugar seguro y que estén al tanto de los sitios de transporte para saber si existen inconvenientes. A todos estos países les preocupa la situación del transporte público, que se ha visto alterado a raíz de los últimos acontecimientos.
"Las movilizaciones que se iniciaron el 18 de octubre de algún modo van en la misma línea de otros movimientos globales que hemos visto en el último año, desde los chalecos amarillos en Francia, los manifestantes en Hong Kong, y las protestas en Líbano, que dan cuenta de que este es un tema global, obviamente con planteamientos y tintes locales, pero que es bastante transversal. Entonces, en ese aspecto evidentemente temas como el actuar de las policías y el desempeño del Ejército en las calles es polémico y visto desde afuera evidentemente genera altos niveles de rechazo", afirma a Emol el director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, Alberto Rojas.
Ante esto, surge la pregunta:
¿Afecta más a nivel exterior la decisión de no albergar las cumbres de la APEC y COP25?
"No creo que la cancelación de las cumbres sea lo que realmente daña la imagen, esto es simplemente la próxima etapa de las últimas dos semanas de revuelo, de conflicto", afirma a Emol Robert Funk, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, para quien "a estas alturas hubiera sido una irresponsabilidad insistir con traer a estos líderes mundiales y destinar un montón de recursos que se necesitan en otros lugares y ciudades del país. En ese sentido, creo que es una buena decisión".
En esa línea, el director del Centro de Estudios Públicos (CEP), Leonidas Montes, dijo a EmolTV que la determinación de cancelar las cumbres "es la más prudente en las circunstancias actuales", aunque remarcó que esta noticia "viene a agregar más dolor a lo que es la imagen internacional de Chile, que se va a ver obviamente perjudicada y va a tener un efecto, y eso es una cuestión de sentido común".
"No creo que la cancelación de las cumbres sea lo que realmente daña la imagen, esto es simplemente la próxima etapa de las últimas dos semanas de revuelo, de conflicto"
Robert Funk
No obstante, Funk agregó que
"sería interesante" saber "si se canceló porque al final tomaron esa decisión responsable o porque empezaron a llamar los líderes internacionales".
Por su parte, Alberto Rojas asegura que "es probable que haya ciertos sectores, sobre todo internos, que consideren que cancelar APEC y COP25 es perjudicial para la imagen de Chile". Pone como ejemplo el hecho de que Chile no podrá abrochar su presidencia anual de la APEC con la cumbre de líderes, lo que podría dejar una sensación de que todo ese esfuerzo será en vano.
Sin embargo, él no quiere ser tan categórico, por lo que recalca que esta decisión puede ser una señal clara de que "las autoridades están poniendo el énfasis en los temas más urgentes" y que están vinculados al estallido social. "En ese aspecto, la imagen de Chile podría verse incluso mejorada en términos de que la imagen que da es la de un país que prioriza con urgencia las posibilidades de solución para la ciudadanía", agrega.
Necesidad de renovación
"La imagen de Chile está afectada desde antes por todos los eventos, como saqueos y desmanes, que han pasado respecto a que Chile era visto como un paradigma de estabilidad, incluso el Presidente habló de oasis, que evidentemente no somos eso hoy, de cara al mundo internacional", señala por su parte el académico de la Universidad de Chile Gilberto Aranda, quien agrega que esta cancelación corrobora que "no están las condiciones de seguridad para que una serie de otros mandatarios puedan venir".
De todos modos, Aranda afirma que los gobiernos generalmente entienden estas situaciones, por lo que no habría cuestionamientos. "Cuando uno tiene una crisis doméstica de esta envergadura, en un momento de tanta crisis interna,
evidentemente la sensatez y el sentido común exigen que te concentres en la resolución de las cuestiones domésticas y no de conferencias internacionales que son cruciales pero que Chile no está en condiciones estos momentos de liderar", recalca.
Pero el académico hace también un llamado más de fondo, asegurando que este momento puede ser una oportunidad para "redefinir nuestra identidad" en política exterior. "Creo que es momento de volver al multilateralismo. Apoyar sanciones unilaterales de parte de EE.UU. y no ir hacia medidas multilaterales no estoy seguro que haya sido conveniente", sostiene.
"Hay que redefinir nuestra política exterior con objetivos más acotados ahora, con objetivos regionales
Gilberto Aranda
"Hay que
redefinir nuestra política exterior con objetivos más acotados ahora, con objetivos regionales. Tal vez la pretensión de ser un líder en algunos aspectos, a la vista de lo que está sucediendo no nos alcanza, y tal vez hay que ir hacia objetivos más acotados en relaciones exteriores, abrazando lo que ha sido lo tradicional", recalca.
Y Robert Funk sentencia: "No creo que esto haya que venderlo como un castigo por parte de la comunidad internacional, pero sí queda claro que el Chile que alguna vez pensó que podía organizar esto porque era un oasis de estabilidad en la región, no lo es".